Investigadores del centro tecnológico de materiales de Asturias (ITMA) y de la empresa EDP han desarrollado espumas metálicas con cenizas volantes de las centrales térmicas que abaratan las actuales espumas metálicas.

Las cenizas volantes de las centrales térmicas son un residuo sólido con limitadas aplicaciones que están siendo objeto de estudio por parte de los investigadores del ITMA y de EDP que se han planteado desarrollar a escala de laboratorio espumas metálicas de aluminio en las que dicha sustancia sustituya al agente estabilizador cerámico que se emplea actualmente.

La utilización de las cenizas volantes procedentes de las centrales térmicas, como agente estabilizador de las espumas metálicas, posibilitará un "destacable abaratamiento en la producción de este tipo de materiales metálicos avanzados, dotados de unas importantes expectativas de incorporación al mercado a corto-medio plazo", informa el ITMA.

Las principales posibilidades de aplicación de las espumas metálicas residen en la industria de automoción, aeroespacial, naval, ferroviaria y de construcción, debido fundamentalmente a las propiedades que le confiere su estructura celular: bajo peso, elevada capacidad de absorber energía en situaciones de impacto y excelente aislamiento térmico y acústico, fundamentalmente.

La posible fabricación de este nuevo material metálico a escala industrial permitiría a EDP dar una utilidad a uno de los residuos más abundantes de las centrales térmicas y simultáneamente, un abaratamiento en el desarrollo de las espumas metálicas con respecto a las que utilizan partículas cerámicas, lo cual favorecería su incorporación al mercado.