Asturias no impondrá una moratoria a la aplicación de la ley orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE). Fue la respuesta rotunda de la Consejería de Educación a los representantes de las distintas asambleas docentes de institutos asturianos que se han sumado en las últimas semanas a la petición.

La reunión mantenida esta semana por los profesores con el propio consejero Genaro Alonso y la jefa de Inspección Educativa, Dolores Guerra, ha puesto las cartas boca arriba. El criterio de la Administración regional es claro: la ley incluye en su propio texto el calendario de aplicación y se entiende que es de obligado cumplimiento.

Como telón de fondo, una situación confusa e incierta en la política nacional y una ley que nació coja y, a decir de muchos, con fecha de caducidad. Falta por concretar el momento de la defunción. Pero una ley se deroga con otra ley y encontrar consenso en el actual Parlamento español (con mayoría con capacidad de veto por parte del PP en el Senado) no va a ser fácil.

Los argumentos de muchos profesores se centran en el peligro de indefensión del alumnado. Tiene que ver con las reglas del juego. La Consejería de Educación no ha publicado todavía las programaciones de Secundaria, que incluyen los criterios de evaluación. Lo hará en el mes de marzo, según se ha prometido. A tiempo, según la Administración. Demasiado tarde, según los profesores.

"Presentar esas programaciones casi al final del curso es manifiestamente ilegal", señalaba el escrito del claustro del IES gijonés "Rosario Acuña", el primero que tomó la iniciativa de pedir la moratoria.

Para entendernos: las evaluaciones del primer trimestre del curso a los alumnos de la ESO y el Bachillerato se realizaron según criterios LOE, la ley educativa anterior. Las evaluaciones de este segundo trimestre mantendrán el mismo criterio, pero la evaluación final será fijada con arreglo a la LOMCE. Los profesores temen desconcierto entre los adolescentes e incertidumbre entre las familias: "es imposible a día de hoy saber con certeza a qué tienen que atenerse los estudiantes para pasar de curso".

No es solo eso. Muchos claustros lamentan que, ya entrados en 2016, no está clarificado qué va a pasar con los alumnos que habiendo superado el cuarto de la ESO y en segundo de Bachillerato no logren aprobar la "reválida" que marca el desarrollo de la LOMCE. Esas evaluaciones externas entrarán en vigor para el final del curso próximo.

Los profesores piden tiempo, una petición que se concreta en dejar el curso 2015-16 como "año de transición" para "seguir trabajando con los criterios de la ley anterior e ir adaptándolos para cursos siguientes, si antes no se deroga esta ley".

Pero Asturias ha mantenido la lealtad a los tiempos de la LOMCE, aunque no guste. El criterio del consejero Genaro Alonso es el mismo que el de su antecesora Ana González. El único desmarque del Principado en relación con la ley Wert ha sido un pecado venial: Asturias no convocó el pasado curso la reválida de tercer curso de Primaria, que no era obligatoria pero que fue celebrada por la mayoría de las comunidades autónomas a excepción de la asturiana y la andaluza. Es una evaluación de seguimiento que no influye en el "libro de escolaridad" del alumno.