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Diputada nacional por Asturias, integrante de la ejecutiva federal del PSOE

Adriana Lastra: "Otras elecciones cambiarían muy poco, estaríamos en una situación parecida"

"No hay división interna entre los socialistas; el PSOE no es un partido de tiranos donde uno decide y los demás obedecen sin rechistar"

Adriana Lastra, ayer, en la Federación Socialista Asturiana. NACHO OREJAS

En un escenario político lleno de incógnitas y dudas, Adriana Lastra (Ribadesella, 1979), integrante de la ejecutiva federal del PSOE, tiene dos certidumbres. "El PP es el que peor lo tiene para formar gobierno" y "si el Rey mandata a Pedro Sánchez, el PSOE lo va a intentar". A partir de ahí, todo está abierto. Hasta las negociaciones, que según la cabeza de lista socialista por Asturias, serán "públicas y conocidas, incluso hablábamos de hacerlas por 'streaming'", apunta Lastra.

-¿La repetición de las elecciones generales resulta cada vez más inevitable?

-No, los ciudadanos ya ejercieron su derecho y nos mandataron a los grupos políticos llegar a acuerdos. Otras elecciones serían un fracaso y, además, la verdad ¿cambiarían algo? Entendemos que muy poquito, el arco parlamentario sería muy similar y volveríamos a estar en una situación muy parecida a la actual. El PSOE intentará llegar a acuerdos con otras fuerzas.

-¿Se precipitó Pedro Sánchez al postularse como alternativa a Mariano Rajoy el día después de las generales?

-Entiendo que no. España votó cambio, reformas y progreso. Si el primer partido de este país, el PP, no consigue llegar a acuerdos, como todo parece indicar, compete a la segunda fuerza política y a su líder, Pedro Sánchez, intentarlo.

-¿Entonces, llegado el caso, Pedro Sánchez no va a renunciar, como parece que puede hacer Rajoy, aunque no tenga los 176 votos que le garanticen la investidura?

-No. Pedro Sánchez va a asumir su responsabilidad. En el momento en el que el Rey lo mandate lo vamos a intentar. Pedro Sánchez iniciará una ronda de contactos con el resto de partidos y va a ir a la investidura.

-Han pasado más de 40 días desde las elecciones y la incertidumbre continúa. ¿Ha cambiado la postura del PSOE tras los dos comités federales?

-No. Seguimos la hoja de ruta del 28 de diciembre y lo primero que dice es que no permitiremos un gobierno de Mariano Rajoy ni por activa ni por pasiva, es decir, no vamos a votar a favor, ni nos vamos a abstener. E intentaremos llegar a acuerdos sobre las grandes ocho reformas que aprobó el comité federal. También dijimos que no negociaríamos hasta que el Rey lo planteara. Estamos cumpliendo a rajatabla todo lo acordado en el comité federal.

-Pero tras el comité de este fin de semana parece que hay más división que nunca en el PSOE.

-No. Quienes hablen de división no conocen al PSOE. Somos un partido de compañeros donde se toman decisiones compartidas. No somos un partido de tiranos, donde uno decide y los demás obedecen sin rechistar. Siempre consultamos a los líderes territoriales y al resto del partido. Y eso estamos haciendo. ¿División interna, de qué? Todo lo aprobado ha sido por unanimidad. Lo que hay son voces distintas, porque cada uno con lealtad explicita lo que cree mejor para el partido y para el país y de todas esas voces se extrae una posición común.

-¿Pero existen discrepancias sobre al apoyo de los independentistas a la investidura y hay recelos de que se resuelva con la ausencia de los catalanistas en la votación decisiva?

-No hay discrepancias porque no habrá negociaciones con el independentismo. Nadie ha defendido jamás buscar el apoyo de los grupos independentistas para llegar a la Moncloa. Lo que se habló en el último comité federal es que no podemos obligar a otra fuerza a no asistir o a ir, a abstenerse o a votar a favor o en contra. Cada grupo hará lo que entienda que es mejor. Pero tenemos claro que no vamos a apoyarnos en el independentismo.

-A algunos dirigentes socialistas no les ha parecido bien la cesión de senadores a partidos independentistas con un desafío soberanista tan reciente.

-En 2004 con el plan Ibarretxe encima de la mesa y con Lizarra el PSOE cedió senadores al PNV para que pudiera tener grupo propio. La dirección ha tomado esta decisión por cortesía parlamentaria y porque es importante que los grupos que vienen de los territorios tengan voz propia en la Cámara territorial. Es un anclaje de esos grupos políticos en España.

-¿Está incómoda la ejecutiva federal por la desconfianza de algunos territorios a la negociación con Podemos?

-Hay una desconfianza clara entre el PSOE y Podemos, pero no de unos dirigentes, sino de todo el partido, empezando por la dirección política. La confianza se construye día a día y es lo que vamos a intentar. Existe desconfianza porque Pablo Iglesias y su equipo más próximo no lo están poniendo fácil, han hecho una oferta chantaje. Los acuerdos serán basados en los programas. Costará, pero asumimos el reto.

-¿No le parece una oferta seria la de Pablo Iglesias?

-Podemos en estas semanas sólo ha hablado de reparto de sillones. No les he oído hablar de los problemas de los españoles. Primero en la Mesa de la Cámara, incluso trataron de llegar a acuerdos con los independentistas catalanes, luego llegó la oferta-chantaje de la vicepresidencia, los ministerios, el CNI y la televisión, después que querían cuatro grupos parlamentarios que pretendían en el Congreso y acabamos con que no querían sentarse en escaños donde lo hicieron Santiago Carrillo y la Pasionaria. Los votantes de Podemos deben sentirse humillados con las prioridades planteadas hasta ahora por Pablo Iglesias.

-¿Tan volátil se ha vuelto la política española que ahora quieren a negociar con "la derecha pop" de Ciudadanos, tal y como usted la catalogó en campaña?

-Con Podemos nos une la agenda social y con Ciudadanos la regeneración democrática. También tenemos puntos en común con otros partidos, como IU. El mandato de las urnas fue clarísimo: dejad de destruir puentes, olvidad el frentismo y llegad a acuerdos. Si empezamos a poner cortapisas a unos y a otros, el acuerdo resultará imposible y estaremos instaladas en la ingobernabilidad de España.

-En el caso de que Mariano Rajoy renunciase y el PP presentase otro candidato el PSOE facilitaría la investidura al partido más votado?

-No, porque no se trata de una cuestión de personas sino de políticas. Con el PP no nos une nada. No se puede hablar de gobierno de estabilidad en un partido que tiene su sede de Génova carcomida por la corrupción, ni de unidad de España cuando con un gobierno cuando se ha producido ahora el intento independentista del gobierno catalán.

-¿Las diferencias en el comité federal han alejado a Adriana Lastra de la dirección de la federación asturiana?

-No, es falso. Fui de los 215 que hace muchos años apoyamos a Javier Fernández en un congreso y sigo siendo de las personas que apoya sin fisuras a Javier Fernández. Si se vuelve a presentar a secretario general de la FSA, como espero, voy a estar ahí para avalarle y apoyarle, como siempre. No sé quien puede tener interés en trasladar que hay distanciamiento, será su responsabilidad. A Javier Fernández le digo con lealtad lo que opino, igual que hago con Pedro Sánchez.

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