El 33,5 por ciento de los varones asturianos de entre 14 y 18 años de edad y el 31% de las chicas de esa franja de edad reconocen que se han emborrachado en los últimos treinta días. En la población adulta, en cambio, las diferencias por sexos son mucho más acusadas, de tal forma que un 7% de los varones admite haberse emborrachado en el último mes frente a sólo un 2,6% de mujeres.

Según informa el Principado en una nota de prensa, este hecho augura una futura equiparación del consumo de alcohol entre hombres y mujeres, según se desprende del estudio Situación del consumo de drogas y bebidas alcohólicas del Principado de Asturias 2014, que han presentado este jueves el director general de Salud Pública, Antonio Molejón, y el director del Plan de Drogas para Asturias, José Ramón Hevia.

El informe revela un cambio de tendencia en Asturias: se ha pasado de un modelo mediterráneo a otro nórdico, de mayor riesgo, que reduce el consumo diario de alcohol, pero lo concentra en borracheras de fin de semana, sobre todo entre los más jóvenes.

Del análisis de estos datos también se desprende que se ha reducido el consumo de tabaco y se ha incrementado el uso de hipnosedantes en todos los grupos de edad, sobre todo entre las mujeres.

El estudio, que también incide en el importante impacto que tiene el alcoholismo sobre los recursos asistenciales del Principado, está vinculado a la nueva Ley del Principado de Asturias de Atención Integral en Materia de Drogas y Bebidas Alcohólicas y permitirá definir la situación real de la población con respecto al consumo de drogas y sus efectos negativos sobre el sistema sanitario.

"Su objetivo es ofrecer a la sociedad asturiana, en general, y a las personas y colectivos más concernidos en este problema, en particular, la mejor información empírica posible sobre esta realidad para tratar de reducir los daños y potenciar las mejores condiciones de salud de la población", según ha explicado el director de Salud Pública.

DATOS RELEVANTES

El documento revela que un 4 por ciento de la población de más de 15 años sufre un riesgo crónico para su salud por consumo de alcohol. Los supuestos de mayor riesgo, borracheras, atracones y consumo diario se manifiestan siempre con mayor fuerza en los grupos de edad más jóvenes y entre los mayores de 55 años.

En la población adulta, beben más alcohol los hombres que las mujeres. Sin embargo, entre los estudiantes de secundaria las chicas beben más que los chicos en las categorías de 'consumos en los últimos 30 días' y 'consumo de fin de semana', mientras que los varones de estas edades tienen mayores porcentajes de 'consumo en los días laborables', 'a diario', 'borracheras en los últimos 30 días' y 'atracones de alcohol'.

Por su parte, el porcentaje de fumadores diarios en Asturias es ligeramente menor que la media de España en los hombres -27,5 por ciento frente al 27,8%-- y ligeramente superior entre las mujeres --23,6% frente al 20,2%--. Se ha constatado un descenso de la prevalencia de consumo diario de tabaco en la población adulta, sobre todo entre los hombres, mientras que en la población estudiantil hay más chicas que han logrado dejar de fumar.

Además, las asturianas multiplican por dos y por tres los porcentajes de uso de tranquilizantes, sedantes o somníferos de los hombres en todos los grupos de edad y en todas las categorías de consumo. En la población de 14 a 18 años se observa la misma pauta de género que en los adultos, aunque no de una forma tan acusada.

De forma parelala, un 14,8 por ciento de la población --más hombres que mujeres-- admite haber consumido 'cannabis' en el último mes. Entre los estudiantes de secundaria, desde 1994 hasta 2002/04 se produjo un incremento del consumo, para iniciar luego una pauta descendente.

Por último, el alcohol conduce a los recursos asistenciales de desintoxicación y deshabituación a más del doble de personas que la heroína, la cocaína y el cannabis juntos. Su incidencia ha aumentado, además, en los últimos diez años al pasar del 50% al 60%, lo mismo que el cannabis, que ha pasado del 3% a más de un 10%.

Por sexo, las personas admitidas a tratamiento son sobre todo varones, en una proporción de 8/9 por cada 1/2 mujeres. Esta relación, que varía en función del tipo de drogas, cambia radicalmente en el consumo de fármacos hipnóticos y sedantes, donde las mujeres concentran la inmensa mayoría de las admisiones a tratamiento.