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Cena de raviolis, que es Nochevieja

La comunidad asiática en Asturias da la bienvenida al año nuevo chino con un festín de doce platos, entre los que destaca el "jiaozi", de harina y carne

Por la izquierda, Mei, Claudia, Priela, Isabel, Olivia, Daniel y Huan, ayer en Oviedo, preparando los "jiaozi" que cenaron horas después.

A Hao Yiming, Daniel para los amigos, le resulta "extraño" estar lejos de su casa. Su casa es China y hoy allí se celebra el año nuevo del mono. Pero Daniel y sus compatriotas asiáticos en Asturias no se pierden la fiesta "por nada del mundo". Por eso, ayer se juntaron para preparar en los fogones de su casa ovetense un gran festín con doce platos. Sobre la mesa no faltó el más típico de estas fechas: el "jiaozi" (los raviolis chinos), que son símbolo de suerte, pues su forma se asemeja a las antiguas monedas de oro. "Se hacen con harina y van rellenos de carne picada", explica Daniel, de 21 años y estudiante de Lengua Española en la Universidad de Oviedo. Sólo lleva cuatro meses en Asturias, pero asegura estar "encantado". "Lo que más me gusta es la gente; es muy cariñosa", asegura.

Ayer cariño chino tampoco le faltó. Su familia no paró de mandarle fotos y vídeos de la típica cena de Nochevieja. "La diferencia entre España y China no es tan grande. Lo importante es la reunión. Lo que cambia es que allí no se sale de fiesta, pasamos toda la noche en casa", explica. En casa y viendo un programa de televisión, al estilo de las galas españolas, que Daniel y sus amigos siguieron a través de internet para sentir su tierra más cerca.

Otra de las tradiciones del año nuevo asiático es colocar mensajes en las puertas de las casas. "Solemos colgar tres palabras para desear salud, prosperidad y buena fortuna", dice Isabel (Xuan Zhal), también china y estudiante de Lengua Española. Isabel asegura que en los encuentros familiares es frecuente que los padres repartan entre sus hijos sobres rojos, llamados "hong bao". "Su traducción es algo así como 'bajar la edad' porque los padres no quieren que sus niños crezcan. Tras recibir los sobres, los pequeños suelen dedicarles unas palabras a los mayores para desearles suerte en el año nuevo", detalla su compañero de piso, Daniel.

Estas costumbres se difuminan en la mente de Ángel Chang, que lleva desde 1993 en Asturias. "Nosotros casi ni lo celebramos. Hacemos una comida y nada más. Hay que trabajar, la hostelería es muy dura", afirma Ángel, propietario del restaurante Chinastur. "En Asturias no hacemos fiestas como las de Madrid y, si se hacen, son en la intimidad", dice. No obstante, Ángel sabe bien que éste es el año del mono, un animal que se asocia con tiempos convulsos. Los nacidos en este signo tendrán más suerte, ya que según indica la tradición serán dichosos por su capacidad y seguridad en sí mismos. La razón por la que cada nuevo año se asocia a un animal diferente es que China utiliza un calendario lunar que introdujo el Emperador Amarillo en el 2600 antes de Cristo.

Con motivo de la festividad china, la asturiana Susana Rubio, que dirige la academia Panda y Tola, celebrará hoy, en el Espacio Coworking Talud de La Ería, las III Jornadas de cultura y empresa "Asturias se escribe en chino". A partir de las nueve y media de la mañana, habrá talleres y charlas, relacionadas con la expansión en China del Real Oviedo y cómo adaptar el sector turístico de Asturias a los chinos. "También pretendemos que las empresas empiecen a exportar sus productos de la forma más fácil: a través de las redes sociales", concluye Rubio.

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