La primera comparecencia en la Junta de Ramón Juste Jordán, casi recién nombrado gerente del Servicio de Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida), terminó ayer con el diputado del PP Luis Venta rindiendo honores al compareciente por su "valentía". Juste venía de destacar el nivel investigador del organismo público, pero también de diseccionar profusamente el reverso envenenado de la herencia que acaba de recibir, una institución con "un elevado índice de conflictividad laboral", con instalaciones "que requieren una inversión en mantenimiento" y cierta urgencia de caminar hacia un nuevo modelo de gestión que la haga "más ágil". El nuevo responsable se propone hacer que el Serida vire hacia una estructura que dote al servicio de "más autonomía y menos carga administrativa", que le permita dedicar menos esfuerzos a la gestión y más a la labor investigadora que le da sentido.

En el análisis nada complaciente que desarrolló ante la comisión de Desarrollo Rural del parlamento autonómico, Juste se impuso una notable cantidad de tareas. El sustituto de Koldo Osoro -destituido mientras era investigado por supuesta malversación de fondos públicos y blanqueo de capitales- incidió en la necesidad de reducir la temporalidad, que afecta aproximadamente al 60 por ciento de los 162 trabajadores, y sustanció sus planes de reforma estructural en la petición de "más autonomía en la contratación de personal y en el trámite de las compras y ventas". "Vender un ternero", puso como ejemplo, "supone ahora seis papeles con tres firmas en cada uno de ellos. Eso no es un funcionamiento ágil". El máximo responsable del servicio reconoció el margen escaso de acción que le cabe al Serida por su doble condición simultánea de entidad pública y organismo autónomo y se propuso establecer un nuevo organigrama con un comité de dirección pequeño y una estructura en departamentos o áreas de especialización.

A preguntas de los diputados, Juste, veterinario de formación, terció en la controversia a cuenta de las denuncias de "falsos positivos" de tuberculosis entre los ganaderos asegurando que la persecución de la enfermedad "se está gestionando razonablemente bien". Al decir del gerente del Serida, "la prueba que se utiliza es la que ha funcionado en todos los países avanzados que han controlado la tuberculosis".