En el bar La Isla de Navia se guarda silencio. En él traba la abuela del pequeño Hugo Brandonn Álvarez, desaparecido en aguas del Cantábrico. Las noticias del suceso reposan sobre la barra, en forma de periódico, o retumban en el noticiario televisivo del local. No hay palabras que expliquen lo que sucedió en la tarde del lunes.

La consternación recorre Navia y Coaña. La familia residía en la localidad coañesa de El Espín, próxima a la capital naviega. "Es inexplicable la imprudencia de una persona acostumbrada a pescar a caña y lancha, prudente y conocedora de la mar", afirma sobre el abuelo del pequeño un amigo cercano de la familia. Asegura que se trata de un pescador "experto" y que conocía la zona. "Por eso es aún más inexplicable", enfatiza, que llevara al niño en brazos y estuviesen tan cerca de las olas.

El pequeño Hugo Brandonn Álvarez llegó en enero desde Perú con sus padres para quedarse en Asturias. Amigos de la familia aseguran que ya había visitado el Principado en un viaje anterior en verano. Pero ahora, con su padre en paro, la familia regresaba a la tierra paterna para iniciar una nueva vida, en casa de los abuelos. "Se me rompe el corazón cuando pienso en ello", apuntaba una vecina de Navia. "Cuando veo a mi hija, que es de la edad del pequeño, se me saltan las lágrimas", reconoce un vecino de la zona. El padre del menor fue trasladado en la tarde del lunes al Hospital de Jarro, donde pasó ingresado la noche. Ayer por la mañana recibió el alta médica.