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JOSÉ MARÍA ROCA MARTÍNEZ | Nuevo decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo

"En la Universidad falta un estudio serio y riguroso de las necesidades de plantilla"

"Se abusa del derecho a la tutela de los tribunales; la sobrecarga que existe en los Juzgados al final reduce la calidad de las resoluciones"

José María Roca, en el decanato de la Facultad de Derecho. NACHO OREJAS

Desde su despacho, todavía semivacío, en el decanato de la Facultad de Derecho, José Roca agradece la buena voluntad tanto de la plantilla docente del centro como del "competente" personal administración y servicios que afrontan con optimismo una etapa de vicisitudes económicas que complican la gestión académica.

-¿Cuáles son los principales retos de la Facultad para los próximos cuatro años?

-En materia de estudios hay que consolidar Bolonia. Arrancó el grado, lo cual no es poco, y ha pasado la comisión de evaluación de la ANECA, que confiamos que informe positivamente. Quedaría completar la formación más allá del grado; funciona el máster pero hay que complementarlo porque Asturias tiene potencial suficiente en la formación jurídica y hay demanda.

-¿Cumplieron objetivos en la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior?

-En general sí pero supone una complicada adaptación para el profesorado, requiere de unos porcentajes en los que el número de alumnos sea muy reducido y hace falta más profesorado. La planificación de la plantilla no se puede improvisar. Se necesita no solo estabilizar al profesorado sino formar a nuevos profesores.

-¿Esa sería su petición al nuevo rector?

-El nuevo equipo rectoral debe dar respuesta a las necesidades de estabilización del profesorado actual pero no puede desconocer el envejecimiento en algunas áreas y la necesidad de renovación.

-¿Cómo están en Derecho?

-Hemos tenido muchas jubilaciones y al mismo tiempo la carga docente aumenta con nuevas titulaciones como el doble grado y el máster. De cara al futuro podemos incorporar también Criminología, que son unos estudios que pueden tener bastante demanda. Todo ello supone más carga docente que, unido a las jubilaciones ha supuesto la contratación de un gran número de profesores asociados. Por eso, creo que tiene que abordarse un estudio serio y riguroso de las necesidades de plantilla.

-¿Por qué no sale adelante el grado en Criminología?

-Tiene que haber una decisión política. No depende tanto de la Universidad como del Principado. La decisión última, desgraciadamente, suele ser económica, entonces la Universidad lo que tiene es que defender su autonomía, exigir una financiación digna, justificar sus necesidades y reivindicaciones pero, por supuesto, responder a la sociedad dando un servicio adecuado. Cualquier reivindicación tiene que ir acompañada de cumplimiento de objetivos, no solo con una docencia de calidad sino con una producción científica que también sea constate.

-Los docentes se quejan de que únicamente se valoran las publicaciones científicas.

-Es un círculo vicioso. Las reglas de juego cambiaron a mitad del partido y en lugar de reconocer los méritos de producción científica, lo que se ha hecho es penalizar a quien no tenía producción científica, de manera que se aumentó la carga docente en función de tener o no reconocidos sexenios activos. Con el sistema de grados de Bolonia es prácticamente imposible escribir una línea. Hace falta reconocer también la dedicación en los trabajos fin de grado y máster. Todo eso es un tiempo valiosísimo que tiene un mínimo reconocimiento.

-Los alumnos insisten en revisar el reglamento de permanencia, ¿qué opina?

-Todo es mejorable pero teniendo en cuenta que la Universidad de Oviedo tiene uno de los reglamentos más livianos de España. Ahí posiblemente hay algunos ajustes pero hay que concienciarse que unos estudios universitarios requieren esfuerzo, dedicación y no eternizarse.

-Está en marcha el proyecto de la Clínica jurídica, ¿qué recorrido le ve?

-Ha generado buenas expectativas y mucha ilusión no solo entre los alumnos sino que hay una respuesta muy positiva de las ONG y una de nuestras tareas más inmediatas es la de trasladar, ampliar o extender la información entre los profesores y confirmar la implicación del Colegio de Abogados

-Al final es una forma de acercar la práctica académica a la jurídica...

-Sí. En los sitios donde está funcionando está teniendo mucho éxito y es una de las opciones muy demandadas por los alumnos porque el contacto con la realidad siempre ha sido una exigencia.

-¿Qué diferencias existen en uno y otro lado?

-Todo tiene sus fases; hay un cierto recelo y una cierta imagen, a la que la propia Universidad ha contribuido, de que vivimos en un mundo teórico y nos dedicamos exclusivamente a divagar sobre cuestiones poco prácticas pero no es cierto. El Derecho es algo vivo y lo que es evidente es que la formación teórica es absolutamente imprescindible para poder trasladar después a la práctica esos conocimientos. No se puede empezar en un grado en Derecho a ver casos prácticos.

-Desde el punto de vista de la práctica del Derecho. ¿se está viviendo una judicialización excesiva de la vida política?

-De la vida en general. Ahora cuando alguien mira mal a otro enseguida le amenaza con una querella. Hay asuntos en los Juzgados de todos los ámbitos. Es interesante revisar las estadísticas judiciales y ver el elevado número de sentencias desestimatorias, en la instancia y confirmadas sucesivamente en los recursos. Se abusa de ello y todos deberíamos reflexionar si esa judicialización es positiva. Es un derecho constitucional acudir a la tutela de los tribunales pero hay que reflexionar no solo sobre el carácter infundado de muchas demandas sino también sobre la posibilidad de buscar vías alternativas como la mediación.

-¿A qué situación podría llevar esa saturación en los Juzgados?

-La sobrecarga de trabajo al final supone más trabajo y, al mismo tiempo, reduce la calidad de las resoluciones. Y la solución no pasa por más y más Juzgados.

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