La autopista "Y" fue concebida -e inaugurada hace ahora 40 años- como una "calle mayor" del área metropolitana del centro de Asturias, con el objetivo de conectar sus tres grandes polos (Oviedo, Gijón y Avilés) y organizar así la nueva realidad urbana regional. Sin embargo, dejó de cumplir esa decisiva misión de eje del desarrollo territorial, perdiendo su eficacia, cuando fue aprovechada por el Estado para el paso de las dos grandes autopistas interregionales que atraviesan Asturias: la Transcantábrica (A-8) y la Autovía de la Ruta de la Plata (A-66). Esas decisiones, que se tomaron sin que nadie en la región levantara la voz, también trajeron consigo graves problemas de saturación de tráfico en la "Y", que acabaron hasta por justificar la construcción de una autovía alternativa, la de la Industria (AS-II), sufragada por la Administración autonómica y no por la central.
La teoría sobre el devenir de la "Y" es de Arturo Gutiérrez de Terán, consejero de Ordenación del Territorio en el primer Gobierno de Pedro de Silva. Este arquitecto y urbanista está convencido de que la causa principal de que la "Y" no haya logrado cumplir los objetivos para los que fue concebida reside en el "absurdo" de que su titularidad sea estatal y no del Principado. En que no haya sido transferida a la Administración autonómica.
Titularidad autonómica
"La autopista nació para fortalecer la relación entre Oviedo, Gijón y Avilés, dentro de una política de desarrollo del área central, pero acabó transformada en parte de autopistas interregionales. Por eso digo que nos la han birlado", apunta Gutiérrez de Terán. Y es que, a su juicio, la "Y" no puede ser considerada como una carretera más del Estado, como si fuera la N-634 o una autovía de León a Barcelona. "Se pensó y se construyó para nacer y morir en las tres ciudades asturianas, con un enfoque regional, y no para soportar otros tráficos que han acabado por desvirtuarla y saturarla", señala.
El urbanista defiende que la autopista "Y" hubiese sido mucho más eficaz "gobernada desde el Principado", ya que "es difícil que un tercero piense en los detalles de Asturias". Y, a este respecto, pone como ejemplo las dificultades que conoció de primera mano para lograr un "pinchazo" que diera servicio a Cogersa. "Fue muy duro. Si no se llega a conseguir, hubiésemos tenido a los camiones de la basura haciendo recorridos de 34 kilómetros por carreteras secundarias", subraya Gutiérrez de Terán.
