Liberbank no ha recibido ninguna propuesta de fusión o de compra por parte de otros competidores, pese a los rumores recurrentes en ese sentido, y hoy es "una de las entidades más capitalizadas y se sitúa entre las de mayor solvencia de España y Europa", sostuvo ayer Manuel Menéndez, consejero delegado de Liberbank y presidente de la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias, principal accionista del banco, durante una comparecencia (la primera desde que en 1995 accedió a la presidencia de la antigua Cajastur) ante el parlamento asturiano.

Menéndez, que compareció en calidad exclusivamente de patrono de la fundación bancaria (cargo para el que fue elegido por la Junta General del Principado), limitó sus explicación a las actividades de la entidad fundacional (antigua caja de ahorros) y eludió todas las preguntas sobre el banco, que no formaba parte, sostuvo, de su comparecencia y sobre el que debe pronunciarse, dijo, ante sus propios órganos: consejo de administración y junta general de accionistas.

Esta posición fue afeada por Podemos y Foro, los dos grupos que solicitaron su comparecencia y a la que Menéndez accedió, dijo, de forma "voluntaria" y, según corroboró el PP, sin obligación. En la calle 60 personas se manifestaron a primera hora con críticas a la gestión de Menéndez.

El consejero delegado de Liberbank aseguró, desde su posición de patrono de la fundación, que la antigua Cajastur es "la única caja de ahorros de una comunidad uniprovincial que mantiene la condición de mayor accionista de un banco" y sostuvo, en referencia a los expediente de regulación temporal de empleo que aplica la entidad (el primero fue anulado en los tribunales y el segundo, validado por el Supremo), que Liberbank "ha preservado el empleo, repartiendo el esfuerzo entre todos" y que la entidad "está trabajando para mejorar las condiciones de todo, incluidos los trabajadores".

Negó que haya riesgo de "exclusión bancaria" en Asturias "ni de lejos" por cierres o concentraciones de oficina, no precisó si dejará el banco o la fundación, sostuvo que intentar la compra del 30% o más de Liberbank exigiría lanzar una opa, y lamentó no poder replicar -por imperativo del "secreto bancario" y por no ser el parlamento, dijo, el ámbito- algunas cifras y datos manejados por Podemos y Foro sobre cláusulas suelo, concesión de becas, preferentes, desahucios (aseguró que se evitan siempre que se puede), traspaso de La Talá a la Sareb, remuneraciones del consejo, localización del pago de impuestos y otros aspectos, aunque en varias ocasiones sostuvo que sus interrogadores eran inexactos "Sus datos no se corresponden con la realidad", replicó.

Podemos y Foro le recriminaron su laconismo y evasivas en las preguntas sobre Liberbank, criticaron como "expropiación" el traspaso de la actividad financiera de Cajastur a un banco (una exigencia impuesta a todas las cajas por una ley estatal de 2013, precisaron PP y PSOE), que no hubiese dado explicaciones a la Cámara en 20 años y su renovación continua en ese periodo al frente de la entidad mediante sucesivos cambios de la norma regional. "No ha sido fácil sentarlo en el banquillo de la democracia", dijo Podemos. Este partido dio a entender que Liberbank nunca precisó en realidad de ayudas públicas (124 millones, ya devueltos) y que esto fue una excusa para justificar medidas duras. Podemos pidió su dimisión. Ciudadanos reclamó que no sea compatible estar en el banco y en la fundación.

IU lamentó la baja aportación presupuestaria para la antigua Obra Social (1 millón) y la desaparición de las cajas como "sector social de la economía".