La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

ANA FERNÁNDEZ MERA | Organizadora de la IV Jornada de Buenas Prácticas Educativas

"El profesor tiene un modo de enseñar pero enfrente hay 25 modos distintos de aprender"

"Hay que poner el foco de la enseñanza en el profesorado, cuidarlo y mimarlo, porque muchos docentes se ven perdidos"

Ana Fernández Mera. LUISMA MURIAS

-¿Cuál es el nivel del profesorado asturiano?

-Entre bueno y muy bueno. Pero muchas veces ese nivel no se hace lo suficientemente visible. Se ponen en marcha muchas iniciativas en Asturias, con mucho docente muy motivado, aunque a veces nos quedamos sólo con lo negativo.

-La escuela no se sabe vender bien.

-Porque la inmensa mayoría de los profesores hace muy bien su trabajo, eso es algo que va en su ADN, pero hay mucho buen proyecto que no se visibiliza, no tanto por pudor como por una cuestión de humildad profesional. No "vendes" tu trabajo docente porque es tu manera habitual de hacerlo.

Ana Fernández Mera es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad de Oviedo, es Máster en Dirección de Recursos Humanos, directora de la consultora Lideria y fue organizadora de la IV Jornada sobre Buenas Prácticas Educativas, que se celebró el pasado martes en Oviedo. Un día para centrarse sobre todo en el "cómo" del aprendizaje.

-Buena pregunta. ¿Cómo enseñar y, a la vez, cómo aprender?

-Hay que poner el foco en el profesorado. Hay que cuidarlo, hay que mimarlo, porque muchos profesores se ven perdidos y desorientados. La pregunta es ¿quién cuida al que enseña? Todos queremos que nuestro sistema educativo sea excelente, pero hace falta saber cómo hacerlo. Y para eso se necesita saber antes hacia dónde queremos ir.

-¿La teoría vale para una clase de segundo de la ESO, con preadolescentes más o menos incontrolables?

-Todas las edades son complejas. El profesor tiene que entender por qué pasan determinadas cosas, porque en ocasiones dejarse la piel en el aula no es suficiente. Tú enseñas desde tu modo de enseñar, pero tienes enfrente a veinticinco escolares que representan veinticinco modos distintos de aprender en una misma clase. Y no es fácil gestionar esto. El profesor se esfuerza, pero ve la cara de sus alumnos y la sensación que tiene es que no se están consiguiendo los objetivos de aprendizaje. Nunca hay que olvidar que depende del profesor el que esos objetivos sí se cumplan.

-No sólo del profesor.

-De acuerdo, pero lo que no vale es caer en el desánimo o echar la culpa a los demás. Decir "¿pero a quién me mandasteis aquí...?" y bajar los brazos. Hay que cambiar el enfoque. Si un profesor está vocacionado lo da todo en favor del alumno, pero muchos piensan poco en sí mismos.

-Cambian las leyes, cambian los métodos, cambian los alumnos..., pero el profesor es el mismo.

-Ya no aprendemos de memoria los ríos de España, pero en todo caso eso no es culpa de los profesores. Hay que estar muy atentos a las innovaciones metodológicas.

-Ahora priman las habilidades.

-Habilidades para manejarse bien por la vida. Son muy importantes.

-¿El sistema es demasiado uniforme?

-La Administración marca, como es lógico, unas pautas y a partir de ahí hay que manejar las herramientas a nuestro alcance. De alguna manera, los profesores son una de esas herramientas, la principal de todo sistema educativo que se precie.

-Una herramienta desmotivada en muchos casos.

-La primera pregunta que hay que hacerle al docente es ¿por qué estudiaste Magisterio o te especializaste en Educación con el máster de Formación del Profesorado? Y la segunda, ¿cuándo perdiste la motivación?

-¿El sistema no cuida a sus profesores?

-Así es. Y una sociedad que no valora a sus profesores no valora su futuro.

-¿Habría que aumentar el nivel de exigencia de ingreso en las escuelas de Magisterio?

-Sin ninguna duda. Tengo casos cercanos de muy buenos expedientes en Bachillerato a los que sus compañeros les miran con cara de susto cuando les dicen que han decidido hacer Magisterio. Es una carrera que se sigue viendo como un destino al que acceden los que no saben qué hacer o no han sacado nota para ir a otro sitio. Me parece muy triste.

-Achacan a nuestro sistema educativo atención insuficiente a los alumnos con niveles altos o muy altos.

-La impresión que tengo es que efectivamente se nos escapan demasiados alumnos de ese tipo. Alumnos que se acaban aburriendo en clase, pero que con buena inteligencia emocional acaban adaptándose al medio. Y cuando no existen esas habilidades, entonces se manifiestan conductas disruptivas. En cualquiera de los dos casos, son talentos que sí se escapan.

-Usted es directora del Club de Benchmarking. ¿Qué es?

-Es una iniciativa que surge en 2012 para impulsar buenas prácticas educativas y ponerlas en común. Actualmente trabajamos con siete colegios privados concertados de Asturias.

-¿La iniciativa está abierta a colegios públicos?

-Podría estar abierta porque en realidad estudiamos una serie de indicadores que están presentes en cualquier centro educativo. Por ejemplo, la satisfacción de las familias, de los profesores, de los propios alumnos..., y datos objetivos como los índices de éxito académico. Por un lado, percepciones y, por otro, rendimiento.

-¿Qué hacen con esos datos?

-Los comparamos y nos preguntamos qué hay detrás de cualquiera de los indicadores. Cuando un colegio destaca en algo propiciamos que lo explique a los demás. Es la mejor manera para comenzar a aplicar cosas.

Compartir el artículo

stats