El presidente de Alsa, Jorge Cosmen, era consciente de que algo no iba bien con "el pequeño Nicolás", que llegó a llamarle hasta quince veces en dos días antes de reunirse en un restaurante de Ribadeo (Lugo), en agosto de 2014. Era la tercera vez que se veían, según el letrado del empresario, Víctor Tartiere. La primera vez se lo presentaron en Madrid y la segunda vez Francisco Nicolás Gómez Iglesias le llamó para decirle que estaba cerca del aeropuerto de Asturias y quería verle. Lo curioso es que, según manifestó el empresario ayer ante el juez de Madrid que instruye diligencias por supuesta estafa, falsedad y usurpación de funciones, "el pequeño Nicolás" ni le pidió dinero ni le propuso negocio alguno.

Para quedar en Ribadeo, "el pequeño Nicolás" le había dicho que acudiría "gente importante", incluso el rey Felipe VI. Cosmen empezó a "mosquearse" con la insistencia de las llamadas del joven y sospechó que algo raro ocurría cuando apareció con una comitiva de varios coches y policías municipales de Madrid.

Cosmen se quedó sorprendido cuando durante la comida los policías se paseaban con pinganillos alrededor de la mesa. Fue entonces cuando decidió llamar a fuentes gubernamentales, que le confirmaron sus sospechas de que Gómez no era quien decía ser. Fue él mismo quien presentó la denuncia que ahora se investiga en Madrid. El juez pidió al empresario que aporte los mensajes de Whatsapp que se cruzó con Nicolás, quien declarará el día 26 junto al cabo de la Policía Municipal José González Hormigos, quien le acompañó a Ribadeo.