No habían pasado ni 24 horas desde el empujón de IU hacia la "recomposición" de una alianza de izquierdas y Javier Fernández ya recibía el cortejo del otro lado, una invitación a volverse al centro "y en su caso a la derecha". Ciudadanos intentó escribir ayer la versión asturiana del mantra nacional de la "gran coalición" llamando a PSOE y PP a un acuerdo para gestionar en triple entente el Presupuesto prorrogado -pactado en su momento con los populares- y al presidente del Principado a "imitar el dinamismo de su secretario general", porque Pedro Sánchez sí "es capaz de hablar con todas las fuerzas políticas y de llegar a acuerdos de mucha más enjundia que la gestión del Presupuesto de Asturias".

Era un empujón y un tirón de orejas, en la forma una oferta similar a la que el lunes le lanzó al Presidente el portavoz de IU, Gaspar Llamazares. Javier Fernández, presidente de un gobierno "débil", "no puede seguir en esta situación de parálisis esperando a ver qué pasa en España", afirma el portavoz parlamentario de la formación naranja. Nicanor García imputa la prórroga en exclusiva al Presidente y reclama para su partido la vocación de "eje vertebrador" de un acuerdo presupuestario que no nace cerrado a ninguna fuerza, pero que decide "dirigir la mirada al centro, y en su caso a la derecha", ante el "fracaso" de la alianza de la izquierda. Él lo ve "creíble".

Para eso, eso sí, ve imprescindible "que el señor Fernández y la señora Fernández empiecen a entenderse" y utilicen los mecanismos que la prórroga tiene para "lograr acuerdos sobre inversiones mediante modificaciones presupuestarias, créditos extraordinarios o las fórmulas que se convengan". No habla "necesariamente de un Presupuesto nuevo", matiza, sino de buscar un espacio donde entenderse "para que el PP no siga de espaldas al PSOE y el PSOE a la greña con Podemos como si los intereses de Asturias nos fueran ajenos".

Al trazar ese territorio común donde, a su juicio, podrían estar juntas las tres formaciones, García propone un quinteto de líneas maestras entendido como un convenio de mínimos que empiece por un compromiso de no aumentar la presión fiscal, de corregir el "error de salto" en el impuesto de sucesiones y de no añadir nuevos impuestos, lo que en parte casa mal con los planteamientos fiscales del PSOE y le obligaría de entrada a renunciar a sus planes de instituir dos tributos "verdes". Ciudadanos propone además una garantía de mantener el nivel de inversión "en asuntos como las infraestructuras y el empleo", una apuesta inversora por la investigación y el desarrollo, un plan de estímulo a emprendedores y autónomos y un seguro de cumplimiento de "los plazos legales del pago a proveedores". "Sé que Javier Fernández no está cómodo con este Presupuesto apoyado por la derecha", dice García, "pero gobernar no es sentirse cómodo, sino llegar a acuerdos en beneficio de la ciudadanía".

El fondo de la negociación reconoce una imitación de la vocación negociadora de los partidos en el territorio nacional, que aun sin obtener resultado alguno ha conseguido más de lo que Nicanor García ha visto en Asturias. Allí, Ciudadanos se entiende con el PSOE. Aquí, sostiene, el problema es que su partido no ha recibido hasta la fecha "ni una sola propuesta de diálogo".