Un conflicto que viene de lejos. Eso dicen los alumnos del Conservatorio Superior de Música de Oviedo, críticos con la forma de docencia de una de las profesoras del centro. En el ojo del huracán, tres asignaturas: Orquesta Sinfónica, Banda Sinfónica y Orquesta de Cámara. Comparten profesora titular, persona con un amplísimo currículo profesional.
Hace justamente un año un grupo de alumnos presentó formalmente una queja a la Consejería de Educación. Entendían que los criterios pedagógicos y la metodología de estas asignaturas no eran las correctas. "No nos hicieron caso", apuntan ahora los promotores de dos singulares protestas, una de ellas de puertas para afuera.
Fue la pasada semana cuando los alumnos decidieron leer un comunicado en el auditorio Príncipe Felipe, justo antes de un concierto de la Orquesta del Conservatorio. El pasado martes buena parte de la clase puso en marcha una huelga de "instrumentos caídos". "La profesora llegó, la mayoría de nosotros permanecimos en el aula pero sin instrumentos, sin molestar pero sin tocar". Las características de cualquiera de las tres asignaturas, que requieren la participación del grupo, hizo imposible la clase aunque la docente se mantuvo en ella.
"Este es un problema que excede de mis competencias. No estoy enfrentado con nadie, ni con los alumnos ni con los profesores ni con la Consejería, cuyos responsables conocen el asunto".
Lo dice Fernando Agüeria, director del Conservatorio, al que los alumnos reprochan el no haberse involucrado lo suficiente en la solución del problema.
Caza de brujas
Dos portavoces del alumnado crítico señalaron a este periódico que "en modo alguno queremos hacer una caza de brujas porque la culpa no es de la profesora. Este caso solo demuestra los criterios equivocados de la Consejería de Educación a la hora de adjudicar plazas". Insisten en que "también tenemos muy buenos profesores" en el Conservatorio, entidad pendiente de una convocatoria de oferta pública de empleo para dotarla de cátedras, a partir de criterios cuando menos discutibles.
Las asignaturas envueltas en la polémica son impartidas desde primero a cuatro curso y, por tanto, afectan a todo el alumnado. Las quejas llegaron a la jefatura de estudios y a la dirección del Conservatorio; más tarde, a la Consejería y al Consejo Escolar del centro y, por último, a los medios de comunicación. "A ver si por fin nos hacen caso".
Los alumnos critican "situaciones de falta de respeto en clase" y deficiencias pedagógicas. "Muchos de nosotros trabajaremos en orquestas y bandas, y la sensación que tenemos es que no nos están formando convenientemente", dicen.
