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Una instalación cuestionada

El hospital de fauna de Redes, inactivo desde hace cinco años

Los ecologistas tachan de "despilfarro" el desembolso de 5,3 millones en un centro sin uso desde su inauguración

El centro de recuperación de la fauna salvaje de Sobrescobio. FERNANDO GEIJO

Asturias tira de instalaciones privadas cuando tiene un centro de recuperación de la fauna "muerto de risa" en Sobrescobio. Así lo denuncian los ecologistas, que tachan de "despilfarro" que el hospital de animales del parque de Redes lleve inactivo desde 2011, pese a su elevada inversión: 5,3 millones de euros. El edificio se construyó con el objetivo de curar animales heridos y devolverlos a su hábitat. Al no estar en funcionamiento todavía, si un oso, un lobo o una foca son encontrados con lesiones, el Principado los remite a clínicas privadas "derrochando todavía más dinero", según protestan los conservacionistas. "La desidia del Gobierno regional en este tema es total. Tiene un centro abandonado en Sobrescobio y utiliza instalaciones que no cumplen las condiciones necesarias para acoger animales", critica Fructuoso Pontigo, portavoz de la Coordinadora Ecologista de Asturias.

Una de los emplazamientos al que recurre la Administración es la piscifactoría de Infiesto, en Piloña. Aunque su función principal es la cría de peces para la repoblación, desde 2009 se lleva a sus instalaciones la mayoría de los animales silvestre hallados en la región. "Funciona como centro de recuperación, pero no aparece en los listados oficiales a nivel nacional ni está preparada para ello", explica César Álvarez, del grupo ornitológico Mavea.

Clínicas privadas

El núcleo zoológico El Bosque, en Oviedo, también tiene un convenio con la consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales para la recogida de animales, al igual que la Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas (Cepesma). Esta última entidad entró en "crisis" con el Principado el mes pasado a raíz del traslado de una foca gris hallada en Llanes el 5 de enero al Acuario de Gijón. Hasta la fecha, era la asociación valdesana la que se hacía cargo de la recuperación de estos animales.

El presidente, Luis Laria, afirma que la Coordinadora está pasando por serios problemas económicos y que no encuentra apoyos ni reconocimientos para continuar con la labor de rescate y recuperación que realiza desde hace 20 años. En la actualidad, la Cepesma recibe una subvención anual del Principado de 4.000 euros, que no llega ni para el mantenimiento de los vehículos. Los ecologistas entienden el enfado de Laria y aseguran que el problema está en que la Administración no dispone de un protocolo de actuación para este tipo de situaciones.

"No hay ningún plan para saber qué pasos hay que seguir en el caso de encontrarse a un animal herido ni cómo reintroducirlo después en su medio", protesta Elena López, vicepresidenta de la Asociación Nacional Animales con Derechos y Libertad (Anadel). César Álvarez, de Mavea, indica que a consecuencia de la inactividad del Gobierno, "muchos particulares recogen la fauna herida que se encuentran". "Unos llaman al 112 y otros intentan cuidarlos en su casa, pero al carecer de nociones suficientes el animal suele morir", lamenta. Si el ejemplar es uno de los considerados "plagas" (gorriones, gaviotas, palomas), agrega Álvarez, "ni el Seprona ni los guardas de la Consejería lo recogen. ¿Esto es economizar recursos o discriminar? Para nosotros es lo segundo".

Los ecologistas también le dan un suspenso al Gobierno por "primar la cautividad a la reintroducción", como pasó con "Molinera", que está ahora en el cercado de Santo Adriano. En los casos oseros -el último el de "Balbina", en abril de 2015- la Administración utiliza clínicas privadas al carecer de un centro de recuperación. Aunque en realidad lo tiene. El problema es que no ha entrado en funcionamiento. El hospital de la fauna de Sobrescobio, ubicado en la zona de El Castrín, fue construido en 2008. Tras sufrir varios parones, las obras finalizaron a finales de 2011 con una inversión de 5,3 millones de euros. El descomunal edificio, de 1.076 metros cuadrados (medio campo de fútbol), sólo se utilizó cuatro meses para la recuperación de dos osas, "Lara" y "Molinera". Ecologistas y hasta el propio alcalde de Sobrescobio, el socialista Marcelino Martínez, han pedido en repetidas ocasiones su puesta en marcha, aunque sin éxito. Principalmente porque el edificio requiere más dinero en un momento en el que escasea: no tiene depuradora ni instalación eléctrica.

El proyecto de Areces

El equipamiento formaba parte del llamado parque de la fauna de Redes, un proyecto que fue anunciado en 2005 por el entonces presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, que incluía el centro de cría en cautividad del urogallo, que funciona, y el centro de interpretación de esta ave, que todavía no ha abierto pese a disponer de sede. El programa del urogallo es además cuestionado por la comunidad científica asturiana, que pide que se revise. "Presumimos de tener un paraíso natural, pero lo cierto es que no somos capaces de cuidar su esencia: los animales", concluyen los ecologistas.

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