Lorena Uría nació hace 36 años en Oviedo, pero ayer sólo cumplió nueve. A esta joven, ovetense de nacimiento pero mierense de corazón, le tocó en suerte nacer un día 29 de febrero, con lo que oficialmente celebra su cumpleaños cada cuatro años.
"Se me hace raro oír que me feliciten el día de mi cumpleaños", aseguraba ayer, señalando que, normalmente, "suelo celebrarlo el día 28, aunque las felicitaciones ya son otra cosa, algunos me llaman ese día, otros el 1 de marzo y a unos cuantos se les olvida felicitarme".
Lorena Uría celebró ayer con tarta de almendra y vela encendida su "noveno" cumpleaños junto a su marido Tino Sanz, y su hija de diez años, que ya la supera en edad, aunque sólo sea de forma oficial.
La imposibilidad de celebrar su cumpleaños el día 29 tampoco ha supuesto ningún trastorno, ni siquiera cuando era más pequeña. "No pasaba nada, lo celebrábamos el día antes y punto, aunque siempre tenía el chascarrillo de que, cuando llegase el cumpleaños real, tendría cuatro regalos o que mi sorpresa sería más grande, pero sólo lo decía en broma", apunta.
Además, sabe que su caso no es tan inusual como podría parecer, "conozco a otras dos personas que también nacieron un 29 de febrero, son cosas que pasan, y en algún momento hay que nacer". De hecho, los hospitales del Principado también acogieron ayer el nacimiento de varios niños que, al igual que Lorena Uría, sólo podrán celebrar su cumpleaños de forma oficial cada cuatro años. La estadística dice que cada día nacen en Asturias unos 16 bebés.
Una ocasión especial que aprovechó el Club Mundial de Bisiestos, que celebró el pasado fin de semana en la ciudad de Cuenca el primer encuentro nacional de personas "bisiestas", con una treintena de participantes llegados de diferentes puntos de España. No fueron muchos pero todo es empezar.
Los bisiestos fueron recibidos en el Ayuntamiento conquense y en la Diputación Provincial, e hicieron una visita por el casco antiguo de la mano del cronista oficial de esta ciudad que fue declarada por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. La cita también contó con una visita al Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha y el planetario, terminando con una cena y fiesta múltiple de cumpleaños para agasajar a los "bisiestos". Habrá que esperar otros cuatro años para volver a vivir la experiencia de Lorena.
