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La clonación evita que desaparezcan dos variedades de vid asturianas

La científica de Cangas del Narcea Carmen Martínez asegura que las uvas albarín blanco y verdejo negro tienen un "potencial enorme"

La clonación evita que desaparezcan dos variedades de vid asturianas

Dos de las variedades de vid más ricas del Principado se agarran a la "tierrina" gracias a su clonación. El grupo de viticultura de la Misión Biológica de Galicia, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha logrado recuperar los tipos de uva albarín blanco y verdejo negro, que durante la década de los ochenta estuvieron a punto de desaparecer, mediante la comercialización de clones. En la actualidad, son más de cuarenta los enólogos que tienen incorporadas en sus plantaciones estas variedades. El equipo, liderado por Carmen Martínez, de Cangas del Narcea, pretende dar un paso más con la elaboración de una tesis doctoral que busca conocer el comportamiento de las plantas en diferentes zonas geográficas y concluir cuáles son las condiciones idóneas para producir el mejor mosto.

Según Martínez, el vino asturiano tiene un "potencial enorme" y capacidad para "sorprender al mundo" con unas variedades únicas en sabor y aroma que sólo se logran en la región. Ahora, los investigadores están trabajando en la clonación de otros tipos de uva, como el albarín negro, el carrasquín y el mencía. "Algunos de ellos presentan dificultades, porque cuaja mal el fruto o tienen alto nivel de acidez, pero trabajando con ellos se puede solucionar", explica Martínez. Ahí es donde entra en juego la clonación, que permite quedarse con lo mejor de cada variedad. "Es un proceso similar al de hacer el esqueje de un geranio. Es decir, se obtienen plantas del medio natural y se selecciona la mejor, tras estudiar el comportamiento de un conjunto de ellas en una misma parcela".

Tras obtener el clon, el viticultor lo único que tiene que hacer es injertarlo, incorporarlo en su viña y podarlo. Para ahondar en ello, las científicas Carmen Martínez y Susana Boso realizarán durante los próximos cuatro años una tesis: "En Asturias, por sus condiciones montañosas, en una distancia de 10 kilómetros puede haber una diferencia enorme de maduración. Lo que buscamos con este trabajo es dar con la mejor zona para cada variedad y mejorar así la calidad del vino". A priori, detallan las expertos, para producir el mosto perfecto se necesita sol (que en Asturias se resuelve con una maduración temprana) y terrenos pobres y en pendiente.

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