Los vecinos de la localidad mierense de Murias se concentraron ayer por la mañana a las puertas del colegio público para protestar por el cierre del centro, una iniciativa que la consejería de Educación está estudiando debido a la baja matrícula. La escuela suma en la actualidad siete alumnos de entre tres y trece años, y en unos días se incorporará uno más. Sin embargo, tres de ellos abandonarán el centro el próximo curso para empezar en el instituto, de ahí que Educación se plantee la clausura de estas instalaciones, trasladando a los pequeños al colegio Prau Llerón-Clarín, donde disfrutarían, además de comedor.

La medida ha despertado las críticas de los padres, quienes se niegan a que sus hijos sean trasladados de centro. "Nos dicen que los niños se van a relacionar mucho mejor en el otro colegio, porque hay más niños, pero mi hijo está feliz en este colegio que, además, está al lado de casa", explicaba ayer Vanesa Augusto. La misma opinión mantenía Eva Iglesias, quien destacó que "no tengo por qué llevar a mi hija a un colegio a Mieres cuando tenemos este colegio". Los padres se enteraron de las intenciones del Principado hace dos semanas, cuando la directora del colegio asistió a una reunión en Oviedo en la que se iban a tratar otros asuntos. Días después, las familias acudieron a la Consejería para tratar de convencer a los responsables de Educación de que diesen marcha atrás, "pero nos parece que tienen la decisión tomada, eso sí, por protestar que no quede, y no descartamos movilizarnos". Los padres de los alumnos del colegio de Murias también contaron en todo momento con el apoyo de los vecinos de este pueblo para evitar el cierre del centro.