La certeza de que las deudas del ERA son una cuestión espinosa que no admite resbalones políticos quedó certificada ayer, cuando la Junta hubo de retrasar media hora el inicio del pleno mientras los diputados de Podemos debatían entre sí y con los del PSOE. Discutían si la formación morada, proponente de la moción, aceptaba incluir a los socialistas en la enmienda transaccional que Podemos decía tener consensuada con IU, Ciudadanos y Foro. El portavoz socialista, Fernando Lastra, protestó por su exclusión. Dijo que su grupo había trabajado para mejorar el texto, que había enviado durante la semana a los grupos propuestas que al menos en parte habían sido aceptadas y que sabía que estaba en disposición de aceptar la versión final. Por eso Lastra interceptó a Rosa Espiño, diputada de Podemos, para reclamar ser incluido. El grupo morado aceptó tras un breve intercambio de pareceres y el portavoz acabó poniendo nombre y firma a mano, sobre la marcha, bajo el texto. La versión de Espiño, eso sí, difiere de la socialista. Sostiene que el jueves informó al PSOE de que no aceptaba sus enmiendas y que se sorprendió al ver que Lastra quería firmar a toda costa algo "que no había leído. Me dijo que le daba igual. Le pregunté si era para figurar, me contestó que sí".