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Vacas conectadas a internet: la tecnología digital entra en las cuadras asturianas

El Laboratorio Lechero probará collares que miden la actividad física y la alimentación de las reses y detectores que alertan del celo o el parto

Vacas conectadas a internet: la tecnología digital entra en las cuadras asturianas

Para saber si una vaca está enferma, de parto o en celo, ahora basta con estar conectado a la red. Las nuevas tecnologías han entrado en las cuadras para hacer de la ganadería una profesión menos sufrida y dar al campesino un respiro. El Laboratorio Interprofesional Lechero y Agroalimentario de Asturias (Lila), cuya función principal es analizar la calidad de leche de las explotaciones, comunica ya a los ganaderos los resultados vía "smartphone" e instala cámaras webs en las salas de partos. Además, la empresa, con sede en el polígono de Silvota (Llanera), trabaja en un proyecto piloto, único en España, que registra el movimiento y la rumia de las reses y avisa cuándo una de ellas rompe aguas.

Por si fuera poco, el Lila lanzará antes del verano una aplicación móvil, llamada "Trato hecho", para que a través de Internet los productores puedan intercambiar servicios y vender herramientas, maquinaria, productos de la huerta... Gracias a ello, "hemos conseguido romper la brecha digital de los ganaderos", señala el director gerente del Lila y de Alce Calidad, José Antonio Miyar. "Al principio eran muy reacios al uso de tecnologías, pero ahora están encantados y son ellos los que nos animan a sacar nuevas cosas", agrega.

El primer proyecto revolucionario que puso en marcha este laboratorio fue en 2005 con la integración de teléfonos móviles en las granjas. "Nuestro cometido es analizar la calidad de la leche y en función de ello la industria paga al productor. Conocer el resultado de esas pruebas -hacemos diez al mes por explotación- es muy importante para el ganadero, ya que modificando la alimentación puede mejorar a tiempo los datos. Empezamos enviándolos por carta, pero ahí perdíamos mucho tiempo. Luego nos pasamos al sms y finalmente al correo electrónico", explica el director comercial, Pablo Jalón. La empresa repartió terminales por más de 2.000 granjas para que a golpe de clic sus propietarios pudiesen conocer todos los parámetros de calidad de su leche. Es decir, grasas, proteínas, extractos secos, células somáticas, bacteriología (comprueba la higiene del producto) e inhibidores (detecta la presencia de antibióticos).

"Lo que queríamos era rapidez. De nada servía tener un laboratorio que analizase la leche en unas horas si los resultados tardaban días en llegar a las cuadras. Ahora mismo, el 90% de los productores tienen este sistema", explica José Antonio Miyar, que siente una "enorme satisfacción" cada vez que un ganadero le cuenta que, gracias a su empresa, él y su familia han ganado en calidad de vida. "Tenemos una mujer que antes para hacer los deberes con su hijo tenía que ir todos los días a la biblioteca y desde que le facilitamos un móvil, lo hace con ayuda de Wikipedia desde casa", comenta.

La siguiente evolución tecnológica que el Lila implantó en las granjas fueron las cámaras webs, que en la actualidad tienen instaladas una treintena de explotaciones. El objetivo es controlar desde el móvil, la tablet o el televisor cuándo una vaca está de parto. Dado su éxito, el laboratorio ha decidido dar un paso más y probar en Asturias un novedoso equipo, diseñado por una empresa de ingeniería francesa. El proyecto consta de tres materiales. El primero es un collar, similar al brazalete presentado la pasada semana en el Mobile World Congress, que monotoriza al animal para saber el número de pasos que da y lo que come.

Este "wearable" se complementa con una especie de bolo que se le introduce al animal por la boca y que llega al estómago. En su interior tiene un termómetro que con los cambios de temperatura avisa cuándo la vaca está enferma o en celo. El último equipo está relacionado con el parto e incluye también un termómetro que se le introduce al animal en la vagina. Este dispositivo emite una alarma cuando el animal rompe aguas al ser expulsado al exterior. Todos estos avances permiten que la ganadería asturiana entre en la era 2.0.

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