Cuarenta años muy bien llevados, pero la "Y" ya va teniendo sus achaques. Los usuarios de la autopista asturiana piden un tercer carril y retoques de urgencia en su peculiar firme -de hormigón armado continuo- para evitar accidentes como el que ayer provocó retenciones de hasta siete kilómetros en Oviedo. La colisión entre dos coches y dos camiones a la altura de la salida de Lugones (centro comercial Azabache) paralizó el tráfico sentido Gijón durante más de una hora y lo ralentizó durante tres. Los conductores denuncian la existencia de baches de gran envergadura en algunos puntos y la acumulación de bolsas de agua en otros, que hacen perder el control al volante. "Es vergonzoso que después de tantos años -cuadro décadas hizo el pasado 13 de febrero- no se haya hecho una buena obra en ella. La carretera está muy deteriorada; hay socavones en los que ya se ven hasta las varillas", protesta Alejandro García, presidente de Cesintra, una de las principales organizaciones de transportistas de la región.

Pero la lista de deficiencias es aun más larga. Los automovilistas proponen mejorar la adherencia de la señalización horizontal, aumentar el alumbrado e implantar límites de velocidad variables, que atiendan a la densidad del tráfico y a las condiciones meteorológicas. Asimismo, exigen poner en marcha campañas de formación para que los conductores aumenten las distancias de seguridad. En ello incide Carlos Suárez, ingeniero en Planificación de Transportes y responsable de la consultora asturiana Vectia, especializada en tráfico: "En el Principado se conduce de forma muy agresiva. No somos conscientes de que en una autopista con tanto tráfico, guardar la distancia es fundamental". De lo contrario, un choque, como el de ayer en Lugones, puede acabar con toda probabilidad en un accidente en cadena. "Hay que insistir en ello y más aún en días de mal tiempo", opina Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados.

Según este colectivo, la "Y" soporta diariamente una carga de 55.000 vehículos. La mayor intensidad de tráfico se concentra entre el kilómetro 14 y 22 (Siero) y en el 28 (la entrada a Oviedo y a la ronda sur). La circulación en estos tramos es muy variada: lo mismo hay coches y furgonetas que camiones y autobuses. "Eso conlleva que el carril derecho siempre esté ocupado por vehículos pesados y tengamos que estar adelantando constantemente. El problema es que a lo mejor uno lo hace a 100 kilómetros por hora y el que viene detrás quiere ir a 120. Y así es como no respetamos el espacio y hay colisiones", razona Carlos Suárez.

Para mejorar la fluidez en la autopista, algunos expertos proponen construir un tercer carril. Sin embargo, Mario Arnaldo no lo ve tan fácil. "Primero habría que comprobar si podemos, porque tengo mis dudas de si esto se puede hacer en todo el trayecto. Lo más probable es que hubiera que comerse la mediana", explica. Este tercer carril existe en dirección Oviedo, desde Serín hasta poco antes del desvío a Llanera; pero no en la zona de mayor tránsito, entre Lugones y la capital de Asturias.

Coincidiendo con el cuarenta aniversario de la "Y", Arnaldo cree que ya es hora de analizar los flujos de entradas y de salidas a la autopista para saber en qué momentos y en qué zonas se puede desviar el trafico a otras carreteras para evitar su colapso. Ovidio de la Roza, presidente de la Asociación de Transporte y Aparcamientos de Asturias (Asetra), va más allá: "Yo vería bien que se conectase la AS-II (Autovía de la industria entre Oviedo y Gijón) con la 'Y', eso aligeraría mucho el tráfico". Por su parte, Raimundo García, responsable de la Asociación Española de Accidentología Vial, pone sobre la mesa otra posible mejora: poner límites de velocidad variables. "Las recomendaciones que ponen en los paneles no sirve para nada; habría que pensar en modificar los límites en función de las condiciones meteorológicas, o si es de día o de noche", destaca.

Actuaciones inmediatas

Todos estas ideas, coinciden los expertos, habría que estudiarlas a fondo. Mientras tanto, se pueden acometer actuaciones sobre el firme que refuercen la seguridad en la "Y". Ovidio de la Roza elogia su construcción, pero considera necesario hacer algunas obras para eliminar baches. "Están saliendo unos agujeros tremendos. A la altura de la gasolinera de Robledo, en Llanera, se ven hasta las varillas. Es una vergüenza", dice Alejandro García. Otro de los socavones que trae de cabeza a los conductores de la región es el que está en el carril derecho sentido Avilés, justo después del desvío a Gijón, a la altura de Serín. El desnivel es tan pronunciado que el coche inevitablemente se tambalea.

A juicio de Ovidio de la Roza, aún más peligrosas son las bolsas de agua que se forman en algunas zonas de la calzada, existiendo riesgo de aquaplaning. "Algunas zonas son terribles. No sólo puede marcharte el coche, sino que además dejas ciego al de atrás", explica. La formación de esas balsas se deben, según el transportista Alejandro García, al deficiente sistema de drenaje de la vía y a la falta de limpieza de los bordes de hierba. "El tapín está alto y entonces el agua no puede caer a la cuneta y se acumula sobre la calzada", asegura. Hay dos puntos negros en días de lluvia. Uno se localiza en la incorporación a Oviedo después de dejar atrás el corazón de la "Y". Otro importante se forma justo debajo del panel de anuncios de la DGT, ubicado entre el nudo y el viaducto de Serín. En este sentido, los conductores también exigen mejorar la adherencia de las señales horizontales y aumentar el alumbrado.