Mujer, igualdad, derechos. Los mensajes políticos, los textos leídos en diferentes espacios y las conversaciones en las calles de Oviedo contenían ayer alguna de estas palabras. El Ayuntamiento se volcó con la organización de actividades para celebrar el Día Internacional de la Mujer y los diferentes colectivos sociales se vieron salpicados por el color malva propio de la jornada.

Una velada poético-musical centrada en las compositoras; una visita guiada por las obras de arte realizadas por mujeres o protagonizadas por ellas que cuelgan de las paredes del Bellas Artes; el entierro de una cápsula llena de deseos de jóvenes y niños de la ciudad para conseguir una igualdad real; un diálogo sobre la situación de la mujer en la literatura o una visita guiada por el centro para conocer el papel de la mujer en las diferentes culturas. Y un mensaje oficial, leído por la concejala de Igualdad, Marisa Ponga, en el que todos los partidos, menos el Partido Popular, se comprometieron a ser un "motor de cambio social" que logre desterrar "la lacra de la violencia machista" de la sociedad, y trabajar junto a todos los demás ciudadanos para conseguir "un futuro en el que nuestros niños crezcan como iguales, libres de prejuicios y estereotipos de género". Y quieren hacerlo cada día, "desafiando las fechas oficiales que impone el calendario".

No son los únicos que quieren superar ese reconocimiento anual a las mujeres de 24 horas duración. "El calendario de actividades por el Día Internacional de la Mujer se extiende en Oviedo durante casi 20 días. Queremos demostrar que somos una ciudad en igualdad siempre", aseguró Ponga, tras escuchar algunas de las peticiones de los jóvenes y niños de 17 centros educativos de la ciudad en favor de la igualdad y el respeto a sus derechos; que van encaminados a que Oviedo consiga el sello de ciudad amiga de la juventud y la infancia que concede Unicef. "Ellos son nuestro futuro, tenemos que trabajar desde la educación para que vivan en igualdad", añadió Ponga. Entre los deseos que se introdujeron en una cápsula, que se enterró en el parque de San Francisco, se incluyen los de Alba Fernández, una joven de 18 años, alumna del Colegio Público de Educación Especial de Latores. "Quiero que eliminen el botellón, que la gente cuide más la ciudad, y que los hombres y las mujeres se quieran más". Sus compañeros, acompañados por la música del Grupo Mujeres y los Solistas Infantiles de Banda de Gaitas, pidieron; más árboles, menos coches, más pasos de cebra, más gimnasios al aire libre para la gente mayor, más reciclaje, menos barreras arquitectónicas, más colaboración con niños de países subdesarrollados y más cultura.

Precisamente la cultura fue otra gran protagonista de la jornada. "Hay una diferencia clara en el acceso a espacios y al mercado del arte entre mujeres y hombres. El cine, la música y la pintura creados por mujeres se cotizan menos que los de sus compañeros. Hay que acabar con eso. Tenemos que poner en valor lo femenino", aseguró Almudena Cueto, directora del Instituto Asturiano de la Mujer, al término de la primera velada poético-musical que se celebró en la historia de la Sala Borrón; una clara muestra de esa reivindicación. El quinteto de viento madera "Ad Libitum wind quintet" y el "Trío de Cámara", formados en 2014 y durante este curso escolar, respectivamente, por alumnos de la asignatura de Música de Cámara del Conservatorio Superior de Música "Eduardo Martínez Torner" interpretaron piezas de las compositoras Amy Marcy Cheney, Claude Arrieu y Sylvia A. Hazlerig para dejar constancia de su huella en la historia de la música. Entre una y otra intervención, Beatriz Menéndez, premio "Asturias Joven de Poesía 2015", recitó una selección de poemas con la mujer como protagonista. Y todo con las ilustraciones de la artista asturiana Irene Calleja de fondo. En el Bellas Artes, más de 50 personas recorrieron las salas observando cómo Piñole, Valle o Sorolla pintaban a las mujeres, y cómo Kely, María Blanchard o Maite Centol pelearon el éxito con sus creaciones artísticas. Porque un día o un pequeño gesto no cambian el mundo, pero la suma de muchos sí.