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En corto y por derecho

Emilio León y Fernando Lastra no fluyen

Hace falta más amor como el que mueve Twitter alrededor de Andrea Levy, popular de verdad

Emilio León Suárez, diputado de Podemos en la Junta General del Principado, y Fernando Lastra Valdés, portavoz del Grupo Socialista en el mismo foro, coincidieron en la entrega de los premios de la tertulia "Entre Comillas", como debía ser, ya que fueron galardonados ex aequo con el premio "Sidra Ácida", que les fue entregado en Jena, Oviedo, cerca del palacio presidencial y del parlamentario, la semana pasada. En los dos discursos de recepción se mandaron unos buenos recados, como en el hemiciclín.

No es como en Madrid, donde el amor fluye. Se ve a través de Andrea Levy Soler, vicesecretaria de Estudios y Programas del Partido Popular y diputada en el Parlamento de Cataluña, que respondió a una periodista de "El intermedio" a la pregunta de si le había echado el ojo a algún diputado de los nuevos: "Me ha gustado uno de Podemos con el pelo largo".

El podemista resultó ser Miguel Vila Gómez, exmilitante de la Izquierda Anticapitalista (IA), diputado por Burgos.

Pablo Iglesias Turrión, líder de Podemos, bendijo la cosa en Twitter dedicándole a Vila la canción "Mi novia es de derechas" y diciendo en una intervención en la Cámara que ella "bebe los vientos" por él y que el amor fluye.

Vila respondió a Iglesias también en Twitter: "El amor puede cambiar el mundo y tú sabes @Pablo_Iglesias_ que yo estoy comprometido con el cambio...".

Prosiguió el intercambio.

Levy: A favor de la sonrisa.

Vila: Siempre lo dijimos: la sonrisa vence al odio... La tuya de hoy lo deja claro.

Levy: ¡Si seguimos sonriendo igual hasta llegamos a una investidura!

Ramón Espinar Merino, diputado podemista de la Asamblea de Madrid, se quiso sumar a ese ambiente de pacto y dijo en Twitter: "El PP tiene mejor ojo para la belleza que para los tesoreros. Efectivamente, @ALevySoler, @Mikele_V es un pivón".

Respondió Levy: "Tenemos mejor ojo para la ortografía: es piBón (tú también, ;))

Y admitió Merino: He aprendido a escribirlo y, además, me he curado el ataque de celos.

¡Ah, los hormonados treinta años!

Nada de esto es posible en Asturias. Por encima de la ortografía nuestro León y nuestro Lastra se habrían liado con la alusión al tesorero y no habrían mantenido los piropos de ida y vuelta desde el Parlament de Catalunya hasta la Asamblea de Madrid. No hay amor alegre, hay drama, como en las canciones de Quintero, León y Quiroga y, sobre todo, no hay edad ya, ni ese ambiente de comienzo de curso, rotuladores nuevos y grupo de clase para pasarse los deberes y comentar con los locuaces pulgares.

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