La Fiscalía del Tribunal Militar Central, con sede en Madrid, ha abierto diligencias de investigación por un presunto delito de falso testimonio contra el coronel Francisco Javier Jambrina, responsable de la comandancia de la Guardia Civil de La Coruña, y que estuvo destinado en la Comandancia de Oviedo, donde dirigió la Policía Judicial y fue jefe operativo. Las diligencias se abren a consecuencia de una denuncia del comandante en situación de reserva Virgilio López Rico, presentada ante la Fiscalía de Asturias, derivada a La Coruña y finalmente remitida al Tribunal Militar Central. En la denuncia se señala que el coronel Jambrina mintió en el juicio contra López Rico, lo que tuvo como consecuencia la condena de éste por insultos a un superior y que pasase seis meses en la cárcel.

Jambrina habría declarado que, siendo jefe de la Policía Judicial de Oviedo, llevó a cabo la detención de López Rico -entonces teniente en Vegadeo-, en el curso de unas investigaciones por un delito de proxenetismo, tras recibir una orden verbal del juez de Castropol, que dirigía las pesquisas, que finalmente no se sustanciaron en acusación alguna.

El conflicto surgió en julio de 2000 cuando el teniente López Rico dio cuenta de la existencia de irregularidades en las reclamaciones de carburante de los vehículos oficiales del puesto. Sus superiores le dieron orden, según explica, de dejar el asunto puesto que uno de los autores del supuesto fraude estaba conectado familiarmente con el número dos del director general de la Guardia Civil, Joan Mesquida, según López Rico. Entonces empezó un acoso por parte de la Guardia Civil, siempre según su versión, que acabó con su detención por parte de Jambrina. López Rico escribió más tarde una carta en la que acusaba a los mandos estar demasiado preocupados en perseguirle y detenerle, mientras en la región se fraguaba la venta de dinamita utilizada en los terribles atentados del 11-M.