Pablo Rodríguez, como director de Investigación e Innovación Telefónica, tiene que visitar numerosos países, pero es viajero que no olvida su tierra ni las posibilidades que de ella emanan. "Yo creo que la sociedad asturiana está muy dispuesta a aceptar las nuevas tecnologías", dice, y valora "lo mucho que se está haciendo en los parques tecnológicos asturianos y en el entorno de Valnalón", en su concejo langreano. Ya lo planteaba así en una entrevista en este periódico en junio de 2013: "En el Principado hay mucho talento local y mucha innovación, hay muy buenas escuelas de ingenieros y una gran tradición de trabajo tanto en la web como en el mundo abierto. Y una cantera muy buena de desarrollo de software". Con esos mimbres no es extraño que Pablo Rodríguez apunte a su tierra natal a la hora de buscar cantera a partir de la firma de un convenio entre Telefónica y el Centro Europeo de Empresas e Innovación. El talento nunca sobra, pero en España, en general, y en Asturias, en particular, existe. "Innovar es inventar más comercializar", defiende, y ahí tenemos aún mucho camino por recorrer, continúa este ingeniero que sabe lo que es trabajar para empresas de Silicon Valley o para Microsoft en su sede de Cambridge. Alguien capaz de imaginarse cómo será la tecnología dentro de diez o veinte años. "Tenemos nuestras brújulas para intuirlo, pero somos muy malos en saber cómo se va a usar esa tecnología", asegura. Pablo Rodríguez ya piensa en volver a Asturias a recoger el premio de LA NUEVA ESPAÑA. "Cuanto antes, es todo un honor".