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"Los huevos de casa no se tocan"

Los vendedores de la feria de Grado defienden la comercialización de productos caseros, como manteca y pitos de caleya, ante la polémica en Pola de Siero

José Cesáreo García, ayer, en su puesto de verduras y legumbres en el mercado de Grado. S. ARIAS

"Los huevos de casa no se tocan", dicen los vendedores del mercado de Grado. Ni los pitos de caleya ni la manteca. Así lo manifestaron ayer en el mercado semanal moscón tras la revuelta del pasado martes en Pola de Siero. En la capital sierense los vendedores se plantaron enfadados en el Ayuntamiento después de que se produjesen repentinos controles policiales entre los puestos en busca de huevos de casa y pitos de caleya, y se les advirtiese de sanciones en caso de comercializar con estos productos.

Los vendedores de toda la vida de las ferias asturianas no lo entienden, defienden una tradición de siempre y advierten de que de ser tan estrictos, los mercados se irán a pique. En Grado, uno de los referentes mercaderos de Asturias, ayer, miércoles, tocó venta. Y sus comerciantes lo tienen claro: seguirán vendiendo huevos, pitos y lo que cuadre como se ha hecho toda la vida. "Deberían dejarnos vender y que pongan el ojo en otras cosas como las verduras y hortalizas del supermercado, que luego las venden aquí como si fueran de casa", denuncia Candi Aparicio.

Los vendedores lamentan que se persiga el producto casero, que dicen es de más calidad, frente a los fraudes. En el mercado moscón hay unos puestos con comestibles de casa y otros procedentes de grandes superficies, "Prefiero los productos caseros de toda la vida, no entiendo por qué persiguen a esta gente, que sólo hace lo que se hizo toda la vida, vender lo que sobra en casa", sostiene Vanesa Álvarez, compradora.

Los vendedores moscones no sufren controles policiales como en la Pola, de hecho, Ramona González, una de las históricas del mercado, dice que "hasta la fecha nadie me dijo que no trajera huevos, toda la vida los hubo, incluso traía pan, coletas dulces y boroña". La mujer opina que perseguir estas ventas sólo repercutirá en la desaparición de los mercados tradicionales. "Es una pena", añade.

Aparte de huevos y manteca, también se pueden encontrar chorizos y morcillas o quesos de afuega'l pitu. Eso sí, estos últimos casi siempre están a buen recaudo en un cajón, pues en este caso está prohibida su venta al no pasar por los controles y registros sanitarios preceptivos. "Me parece fatal que se persiga, ¿qué problema hay? Toda la vida vinieron mujeres que tenían una huerta y cuatro pitinos y vendían lo que les sobraba", explica Marta Bobes.

Mientras, en Pola de Siero, ayer siguió la polémica. El diputado regional de Foro Asturias Pedro Leal lamentó que la existencia de "un vacío normativo" sea la principal causa de las "contradicciones, confusiones y restricciones" que provocaron las protestas de los vendedores polesos.

Leal instó al Principado a crear un registro de productos agroalimentarios que permita regular la venta, como ocurre ya en otras comunidades autónomas. "Cataluña, Cantabria y Galicia tienen normas que permiten la venta de este tipo de productos", recordó al mismo tiempo que lamentó la falta de información en algunos casos. "No es cierto que la venta de huevos esté prohibida, pues si se tienen menos de 50 gallinas y así se hace constar su venta está permitida", declaró el diputado.

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