Celeste Intriago es desde hace un año presidenta de la Coordinadora Asturiana de Organizaciones No Gubernamentales para el Desarrollo (Codopa), entidad que agrupa a las organizaciones de desarrollo (ONGD) con sede en el Principado. A lo largo de sus quince años de vida, la Codopa ha estado presente en el centro de los debates en torno a cuestiones como la reivindicación del 0'7%, la injusticia de la deuda externa, la defensa de los derechos humanos y la paz ante conflictos internacionales así como apoyando la respuesta a las grandes emergencias humanitarias acaecidas en estos años.
-¿Qué organizaciones respaldan la plataforma?
-Ahora mismo tenemos a 40, hay alguna menos por la crisis pero también es cierto que se crean otras nuevas y las de ámbito estatal que comienzan a tener implantación en Asturias.
-¿Cómo ha evolucionado su actividad en un contexto económico de crisis?
-Se recortó muchísimo tanto en el ámbito estatal para la Agencia Española de Cooperación -se estima que en torno al 70%- como también en nuestra comunidad. En 2009 el presupuesto de Cooperación en Asturias era de 13 millones de euros y pasó a a 5,1 en 2013. Es un descenso brutal y aunque algunos ayuntamientos como Oviedo lo mantienen, en otros como Gijón ha habido recortes importantísimos, paradójicamente el Ayuntamiento que más había apostado en su momento por la Cooperación.
-¿En qué proyectos están inmersos en este momento?
-Antes movíamos unos ciento y pico al año, ahora estamos entre 80 y 90.
-El Plan de Cooperación Asturiana, vigente hasta este año, ¿qué objetivos tiene?
-Se dio prioridad a asuntos de seguridad alimentaria, lucha por la salvaguarda de los derechos humanos, lucha contra la pobreza, o la defensa de la igualdad de género que es un eje transversal. En seguridad alimentaria se trabaja desde hace años y la Unión Europea tiene una línea específica para el acceso a la canasta básica.
-Entre tanto, los retrasos del salario social se mantienen.
-Toda esa línea está en crisis porque tiene que ver con los recortes sociales aplicados los últimos años.
-Y la solidaridad de la sociedad civil, ¿se mantiene en pie?
-Hay organizaciones que han experimentado un aumento de socios con la crisis y otras que los han perdido por razones obvias, al caer los ingresos de la población su contribución es menor a causas sociales pero en general la sociedad asturiana es una sociedad solidaria. Eso no quiere decir que no tengamos que poner el acento en la sensibilización.
-El problema de los refugiados centra ahora buena parte de la atención de las ONG.
-Lo que hemos visto es una explosión social de solidaridad. Hay muchas personas contribuyendo a la integración de estas personas pero también nos encontramos con mensajes xenófobos. Hay que hacer algo, se ve en las manifestaciones. Desde la red europea se llegó a un acuerdo de acogida de 160.000 refugiados y resulta que a España solo llegaron 18. El acuerdo de la UE con Turquía para la expulsión de los refugiados es ilegal y totalmente inmoral, viola los principios de derechos humanos y el Convenio Europeo de Derechos Humanos.
-¿Qué opina de la política desarrollada por la UE?
-Priman otros intereses sobre los sociales. A los políticos lo que menos les interesa son las personas cuando en realidad están ahí para garantizar el bienestar de las personas.
-¿Qué opina de la deriva que está tomando el asunto de los refugiados?
-Lo más probable es que los que lleguen buscarán otras rutas que cada vez serán más peligrosas y arriesgarán su vida para buscar un derecho que les corresponde.
-¿Cuál es el papel de las ONG en esta crisis?
-Las ONG podemos colaborar con las administraciones para contribuir al bienestar de las personas pero no podemos suplir su papel, ni debemos. Hay una legislación internacional que cumplir.
-Y desde Asturias, ¿qué se puede hacer?
-Desde Presidencia se llamó a las organizaciones para formar un grupo de trabajo con el objetivo de participar en el diseño del plan de acogida, lo cual aplaudimos pero no se pudo hacer más, no porque no hayan querido sino porque el gobierno español no movió ficha. En ningún momento se tuvo información de los cupos y eso que se presionó al Gobierno para que hiciesen algo. La realidad es que no te puedes pasar media vida pidiendo asilo. Deben ser procesos más ágiles. Viendo la crisis que hay, ¿por qué no se puede activar a través de consulados y embajadas? Hay que darles una solución rápida. Han construido vallas como en Auschwitz con policía custodiándolas. En campos para 1.500 personas hay 15.000, si eso es garantizar los derechos de las personas... Estamos ante la mayor crisis humanitaria de los últimos años.
-¿Qué procede ahora?
-Agilizar los trámites de acogida, que se garanticen rutas seguras para evitar que caigan en manos de las mafias y que se cumpla la legislación de refugiados.
-¿Qué opina del turismo de cooperación internacional?
-Si se hace bien puede contribuir a sensibilizar a la población sobre la necesidad de contrubir a un mundo más justo y la gente que va tiene motivación para ello. Si se plantea el viaje como "voy a ver a los pobres de la India" pensando más bien como en un espectáculo, no lo veo bien. Bastante tienen ellos con sobrevivir.
-¿Qué mensaje reciben los jóvenes sobre la cooperación?
-Todavía se mantiene un sesgo hacia la caridad. Cooperación es cooperar juntos desde la igualdad y debe entenderse así. Choca que entre los chavales lo entiendan como dar lo que sobra o la idea que existe de los negritos de África. En ese caso es que no les llegó la información precisa sobre qué es la cooperación. Tampoco estaría de más trabajar con población universitaria. Podría ser a través de una asignatura optativa.
