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Los geólogos esperan tener controlada la ladera de Campomanes a finales de año

La ladera inestable de las inmediaciones de Campomanes (Lena) que condiciona la marcha de las obras de la variante de Pajares estará controlada a finales de año. Ese es el cálculo que hacen ahora técnicos ligados a unos trabajos que están paralizados a la espera de que se habilite un vertedero en el que depositar los grandes movimientos de tierra que son necesarios para evitar que el talud siga desplazándose. La situación en este enclave, en el que no está lista todavía ni la plataforma por la que circulará el tren, ha provocado la renuncia de la empresa adjudicataria del proyecto para instalar las vías en la vertiente asturiana del tendido

Los expertos ya habían advertido de que las dificultades para estabilizar el talud, ubicado en una zona conocida como L'Argayón, imposibilitaban que se cumpliera el compromiso de la ministra Ana Pastor de abrir la variante en 2015. Esta ladera -en cuyas labores de contención se han invertido más de 31 millones de euros- ya dio problemas a las constructoras nada más iniciarse los trabajos en el lote en superficie que va desde la embocadura de los túneles hasta Pola de Lena. Pese a ello, Fomento desoyó las advertencia y descartó la posibilidad de soterrar el tramo, tal y como propusieron los especialistas. Se da el caso de que las dificultades de este terreno ya motivaron un cambio en el diseño de la autopista del Huerna, con la construcción de un gran viaducto sobre el valle de Campomanes para cambiar la traza a la ladera de enfrente.

Los expertos sostienen que para solventar el problema hay que actuar en la parte superior del trazado, en el surco de las vías y en el río Lena.

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