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Granda:"La ciencia no sólo necesita fondos, hay que eliminar la burocracia"

El catedrático de Química Física presume de su Verdicio natal, cocina paella para la familia y dice estar habituado a la vorágine en su día a día

En la imagen superior izquierda, en los laboratorios de la Facultad de Química; sobre estas líneas, en el edificio histórico, y la izquierda, a la puerta de su despacho, en el departamento de Química Física y Analítica. Abajo, atendiendo llamadas y el correo electrónico, en su lugar de trabajo. IRMA COLLÍN / LUISMA MURIAS

Santiago García Granda apuró esta semana dos de las seis últimas horas de docencia que le quedan de la asignatura Química de los Materiales que tendrá que impartir antes de que se conozca quien será el próximo rector de la Universidad de Oviedo. Al mismo tiempo dirige cinco trabajos fin de grado y otras tantas tesis doctorales que compagina con las clases en dos másteres entre la Facultad de Química y Minas. Entre dos y tres veces a la semana mantiene reuniones formales de su grupo de investigación y ahora, además, con su equipo de campaña. Su correo electrónico echa humo: "hay mensajes que se me pierden", reconoce. Y trata, además, de responder personalmente a mensajes de redes sociales. Un ritmo frenético que se alarga hasta la una de la madrugada muchos días pero que no es, sin embargo, nuevo para él. "Estoy acostumbrado a esta vorágine; viajo bastante por la actividad investigadora", relata. Su esposa, Loli Fernández, y su hijo Santiago "ya saben que me van a ver poco. Sé que van a sufrir pero llevan sufriéndolo muchos años".

-¿Se ve como rector?

-Todo el mundo se ve pero no ocurriría nada si no lo soy.

Su primer agradecimiento es siempre para una familia con la que los tiempos de asueto resultan siempre breves porque, incluso en los veranos, el catedrático de Química Física y Analítica, aprovecha para ir a congresos, "aunque algún viaje sí que hacemos en familia". García Granda (Verdicio, 1955) divide su residencia entre Luanco y San Martín de Podes por donde también sale a correr o caminar, e incluso baja a pescar. No pierde tampoco oportunidad de adecentar una finca de su propiedad, explica orgulloso de su Verdicio natal, de donde procede su familia materna y paterna. También saca tiempo para "ir a tomar sidra" con los amigos.

En las distancias cortas, el catedrático de Química Física que fue vicerrector de Investigación con Vicente Gotor entre 2008 y 2012, confía a su interlocutor las sensaciones de otras etapas de su carrera académica. Del gobierno de Gotor se queda con la oportunidad de discutir con otros rectores sobre ello. "La gran apuesta fue el Campus de Excelencia Internacional. Hasta 2009 fue alegría tras alegría pero a partir de 2010 la financiación fue más escasa y el espíritu de equipo del principio se tropezó con eso y no todo el mundo estaba igual de ilusionado", reconoce. Su idea de Universidad va muy ligada a una apuesta decidida de los gobiernos "por la I+D+i, la sociedad del conocimiento y el desarrollo de vocaciones científicas desde edades tempranas". Además aboga por mantener un Ministerio de Ciencia en el que Universidad tenga un papel protagonista "no como un sucedáneo". Y añade: "La ciencia no sólo necesita de fondos, también de procedimientos de gestión orientados a la consecución de resultados, que no haya tanta burocracia". En la Universidad de Oviedo detecta algunos problemas estructurales "pero con sólo dar un pequeño impulso algunos grupos despegarían". Su valoración sobre el equipo actual es que "no fue actor importante en las políticas de I+D+i, si hubiera sido más proactivo...", detalla. Su idea es crear una mesa de trabajo donde Principado y Universidad, cada dos meses, analicen propuestas.

De vuelta a sus momentos de asueto explica que le gusta hacer paella para la familia o disfrutar de una buena mariscada. Trabajador hasta la extenuación y hombre de palabra, como le definen los suyos, García Granda ha elegido una cita del físico Oppenheimer como carta de presentación de su página web. "Un científico debe tomarse la libertad de plantear cualquier cuestión, de dudar de cualquier afirmación, de corregir errores", recoge en su web.

El 25 de julio de 2013, fecha de su onomástica, visitó a Gotor para comunicarle la aspiración que ahora ha hecho efectiva. Desde entonces ha visitado a más de un millar de personas. Los primeros fueron los exrectores Juan Vázquez, Marcos Vallaure y Juan López Arranz. "Me acogieron todos muy bien", resume. Por delante le queda otra de esas vorágines que ya son cotidianas para él.

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