La Fundación EDP empezó con este programa ambiental en 2009 y desde entonces ha conseguido plantar 83.000 árboles en la región. Este año, la compañía redoblará sus esfuerzos para poblar las zonas afectadas por la oleada de incendios de diciembre con 20.000 ejemplares más. El director Nicanor Fernández recordó que todos los ayuntamientos o colectivos interesados en la reforestación podrán solicitar a la Fundación su participación. "Seremos proactivos y también reactivos a las solicitudes", señaló, para agradecer a continuación el granito de arena que aporta cada cliente en esta causa: "Detrás de cada árbol hay una persona".

Por su parte Roberto Hartasánchez aplaudió la labor de la Fundación haciendo hincapié en que "ese debería ser el camino que tomaran otras empresas". "Resulta muy difícil que alguien en el ámbito forestal ponga un duro para no recibir otro duro a cambio. No se trata de generar economía directa, sino indirecta. Cuidando el medio natural favorecemos el turismo rural o la observación de fauna salvaje", manifestó durante la presentación del programa, celebrada en la central hidráulica de Proaza. Al acto asistieron, entre otros, el alcalde del concejo, Ramón Fernández, el regidor de Santo Adriano, Jesús Manuel Muñiz, y el director de la Fundación Oso Asturias, José Tuñón.

El presidente del Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS), Roberto Hartasánchez, explicó ayer paso a paso cómo se recupera un espacio incendiado, en este caso el de Caranga, en Proaza. Para ello se utiliza el madroño, una especie con valor ecológico al tener gran capacidad de enraizar en suelos pobres y ser muy productivo para la fauna. El objetivo que se persigue con las plantas es evitar la erosión del suelo.