El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) tiene previsto adjudicar hoy las obras de integración del ferrocarril en León. La actuación servirá para eliminar el "fondo de saco" que obliga desde hace un lustro a los trenes de Asturias a perder veinte minutos en maniobras de entrada o de salida en la estación de la ciudad, o a circular con el pasaje sentado en el sentido contrario al de la marcha entre Gijón y la capital de la provincia vecina, como sucede actualmente. El contrato con la empresa Copasa fija un coste de 24,83 millones de euros, lo que supone una rebaja del 50% con respecto al presupuesto de licitación.

El proyecto consiste en ampliar la estación actual en unos 450 metros cuadrados, para la construcción de andenes soterrados como los de la estación de Llamaquique (Oviedo) con dos vías pasantes para la circulación de los trenes del Principado. Además, incluye un trazado bajo tierra de medio kilómetro de longitud, que permitirá atravesar el tramo que quedó fuera de servicio y sin tendido ferroviario cuando se procedió a la erradicación del paso a nivel de El Crucero, en el mes de marzo de 2011.

Cuando las obras se completen, los Alvia de Asturias que circulen hacia la capital de España entrarán en León por el tramo bajo tierra que se inicia justo donde encontraba el paso a nivel de El Crucero. Después, se detendrán en los andenes situados debajo de la estación y saldrán hacia Madrid sin realizar ningún tipo de maniobra. Los convoyes que transiten hacia Asturias realizarán la misma operación, pero a la inversa, y tampoco perderán tiempo en la terminal leonesa.

La actuación tiene un plazo de ejecución de doce meses y es mucho más modesta que el gran soterramiento diseñado en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, que llevaba el tendido bajo tierra hasta el vecino municipio de San Andrés del Rabanedo y planteaba una gran estación subterránea en la ciudad de León. La crisis arruinó este proyecto.