En Gijón las fuertes lluvias que cayeron sobre el concejo de madrugada -con registros de hasta 21 litros de agua por metro cuadrado según la Agencia Estatal de Meteorología-, dejaron huella sobre todo en la zona costera. La playa de San Lorenzo amaneció con un mar Cantábrico completamente revuelto y de color marrón como consecuencia de la tierra y la arena removidas por la crecida del río Piles.

La bajada de la marea hizo que ya por la tarde se volviera a formar en la playa un escalón de casi dos metros de altura provocado por el arrastre del río. Una situación que llega justo cuando San Lorenzo se acababa de recuperar, según los expertos, de la pérdida de arena sufrida en los temporales de hace dos años.

Pero los problemas fueron más allá de la costa. El campo de golf de El Tragamón quedó totalmente inutilizado por las inundaciones. Los responsables de estas instalaciones de titularidad municipal aseguran que hasta el mes de mayo no van a poder recuperar la normalidad y exigen nuevas inversiones en la zona. Además el Ayuntamiento tuvo que cortar la carretera de Pinzales y se registraron problemas en la carretera de Serín.

Los Bomberos retiraron plaquetas y cascotes desprendidos de fachadas de edificios situados en Ramón y Cajal, Eleuterio Quintanilla y la calle Alegría.