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"Hay que sacar de la sacristía a Teresa de Jesús, su obra literaria es única"

"Lo que más me emociona de su figura es que fue mujer, nieta de judíos y en pleno siglo XVI se atrevió a decir: todos somos iguales"

Rosa Navarro, ayer, en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo. IRMA COLLÍN

Rosa Navarro (1947, Figueras- Gerona) habla con una pasión contagiosa de "la mejor escritora de todos los tiempos": Teresa de Jesús. Y lo hace sentada en uno de los bancos de la sala de exposiciones del edificio histórico de la Universidad de Oviedo, donde la obra de la religiosa estará presente hasta el próximo 11 de junio. Bajo un hilo musical de lo más relajante, la catedrática de Literatura Española de la Universidad de Barcelona reivindica la faceta de Teresa de Ávila como escritora. "Todos la rezan, ¿pero cuántos la leen? Hay que sacarla de la sacristía", dice. Navarro asegura que deberían hacerla "patrona de los psicoanalistas" porque "no hay nadie que sepa autoanalizarse mejor que ella".

-¿Qué va a descubrir el espectador en esta muestra?

-Un recorrido didáctico por la vida y obra de Teresa de Jesús. He querido que en la exposición estuviese presente su ambiente familiar con un cuadro en el que se ve a su madre leyendo y rodeada de sus hijos. Es una visión idealizada, pero que justifica muy bien la existencia de Teresa como escritora. Ella no pudo ir a la Universidad, su formación fue autodidacta. Pero esa formación empezó porque su padre y su madre leían y tenían libros en casa.

-¿Cree que es desconocida la Teresa escritora?

-Como digo yo: hay sacarla de la sacristía. A Teresa de Jesús todos la rezan, pero ¿cuántos la leen? Es una analista extraordinaria del alma. Lo hace tan bien que pintores y escultores reprodujeron sus palabras. Todo ello le llevó a tener un ansia de entregar sus conocimientos y experiencias a los demás. Quiero poner de relieve también que es una mujer que escribe para mujeres fingiendo que obedece. Es decir, ella siempre pregona que escribe porque sus confesores la obligan. Pero eso es imposible. Es muy inteligente, supo buscar las excusas necesarias para justificar su creación literaria.

-Comentó en la presentación que la muestra es humilde y didáctica. ¿Por qué?

-Los medios son escasos, la sala es pequeña y sobre todo porque las obras originales exigen unos seguros inmensos que no podemos pagar. En cambio, las reproducciones bien hechas sí que ofrecen la atmósfera necesaria. Se pueden ver los libros que ella leyó, se pueden ver audiovisuales con sus frases... Pero lo que más me interesa con "La prueba de mi verdad" es demostrar la tremenda herencia que nos ha dejado Teresa. Por una parte, su lucha activa como reformista de una orden para que las mujeres sin distinción de origen ni riqueza pudiesen experimentar una vida de retiro espiritual en los conventos. Y por otra parte, una obra autobiográfica llena de expresividad y de belleza. Es una escritora de los pies a la cabeza. Única.

-¿Cree que a Teresa de Jesús le hubiese gustado conocer Oviedo?

-Claro que sí, menuda es. Ella no llegó tan arriba, pero le hubiera encantado conocer Oviedo con ese verdor y belleza que tiene la tierra. Además, ella era muy sensible a la naturaleza. Y lo que más utiliza en su obra es el agua y el agua es el elemento esencial de Asturias.

-¿Por qué le apasiona tanto la vida de Teresa de Jesús?

-Es que yo tengo buen gusto (risas). Soy especialista en literatura de la Edad de Oro y mis grandes pasiones son los grandes escritores. Para mí, la mejor escritora de todos los tiempos es Teresa de Jesús. Una auténtica revolucionaria y analista del alma. Yo siempre digo que tendrían que hacerla patrona de los psicoanalistas, porque no hay nadie que sepa autoanalizarse mejor que ella. Pero lo que más me gusta es su valentía. No le importa nada, es libre por dentro. Tiene como escudo sus creencias religiosas y eso le permite hablar con absoluta libertad y el convencimiento de que todos somos iguales. Y eso me emociona: ver cómo una mujer, nieta de judíos, a principios del siglo XVI, se atrevió a decir: "Todos somos iguales".

-¿Su obra tendría que tener más presencia en la escuela?

-Yo creo que en los colegios tendría que estar más presente la literatura, que la van quitando y eso es un desastre. No digo que se obligue a leer su obra, porque es una lectura dura, espiritual y mística, pero sí que se tendría que explicar quién fue, difundir algunas de sus frases más celebres y promover la admiración y el amor de todos nosotros hacia su figura.

-¿Puede llegar un día en el que los clásicos pasen de moda?

-No, por eso estoy yo luchando. Soy una adaptadora de clásicos porque creo que son la mejor herencia que nos han dejado nuestros escritores. Así que lo mejor que puedo hacer es intentar que esa herencia pase a nuestro futuro, que son los niños. Estamos celebrando el quinto centenario del nacimiento de Teresa y el cuarto centenario de la muerte de Cervantes. Eso demuestra que los clásicos no pasaron ni pasarán nunca de moda. Ahora bien, sí me da miedo que queden reducidos a un ámbito muy pequeño. Lo que hay que evitar es que el niño tropiece con el lenguaje, pero eso se puede limar siendo muy fiel al texto. El mundo va cambiando pero los personajes clásicos siguen viviendo. O acaso, ¿ha cambiado el valor de padre-madre-niño? ¿O el amor y el odio? No. En el futuro podremos seguir emocionándonos con la historia de Romeo y Julieta. Claro que sí.

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