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Retos ante un nuevo escenario

El fin de las cuotas se ceba en la leche asturiana, que pierde peso en el sector nacional

Agricultura prevé el cierre de 400 explotaciones en la región "Estamos en desventaja", denuncian los ganaderos

El sector lácteo asturiano resbala por una pendiente infinita. Tras un año sin cuotas lecheras, cumplido el pasado viernes, vive sumido en la peor crisis de su historia desde que la leche se entiende como un negocio y no como una actividad de subsistencia rural. Doce meses sin cupos se saldan en la región con cierres de ganaderías y un ligero repunte de la producción, ni por asomo al nivel de otras zonas de España y Europa. El peso de la maquinaria lechera asturiana ha pasado de aglutinar el diez por ciento de la producción española a suponer alrededor de un ocho.

La falta de relevo generacional, la escasa rentabilidad de la ganadería lechera -agravada por el desplome de los precios-, la caída del consumo de lácteos -en parte por la moda de eliminar la lactosa de la dieta- y el aumento de los costes de las materias primas presentan ante los ganaderos un futuro en blanco y negro, sin demasiadas posibilidades de mejora a corto plazo.

En Asturias, con un censo de 2.400 ganaderías, sólo 2.022 vendieron leche a las industrias el pasado mes de febrero, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA). La cifra empeora la del pasado enero, cuando fueron 2.081 las explotaciones con entregas registradas, y también la de febrero de 2015, cuando entregaron leche 2.183 explotaciones. En lo que va de año, de las granjas regionales han salido 79.000 litros de leche, el ocho por ciento de la producción española en ese periodo.

Las organizaciones agrarias observan la situación preocupadas ante lo que consideran una falta de estrategia de España y Europa para encarar el fin de las cuotas, que ha disparado la producción en los países excedentarios del norte de Europa, que venden a España más del 30 por ciento de los lácteos consumidos en el país, y ponen en jaque la supervivencia de la ganadería asturiana y del resto de la cornisa cantábrica, donde producir un litro de leche cuesta 34 céntimos, frente a los 32 de media que percibe el ganadero asturiano. Y esa media, sostenida por la política cooperativa de Central Lechera Asturiana, que, según ha podido saber este diario, cerró el ejercicio de 2015 con beneficios, es un "privilegio" si se compara con los 30 céntimos de España y los 29 calculados para el resto de Europa.

"La cuota ha pasado a ser una herramienta en manos de la industria, que regula la producción", asegura el ganadero José Manuel Peláez, de Canero (Valdés). En este contexto, las organizaciones agrarias rechazan que el Ministerio de Agricultura considere que aún sobran 5.000 ganaderos lácteos en España, de los que unos 400 corresponderían a Asturias. "Están comprando la leche regalada y los beneficios de la industria no bajan", asegura Gaspar Anabitarte, responsable del sector lácteo de COAG. Los ganaderos echan de menos un "puñetazo en la mesa" por parte de la Interprofesional Láctea (Inlac), presidida por el asturiano Ramón Artime, que ve con buenos ojos un plan para reducir la producción, ofrecido por el comisario Hogan como remedio para disminuir los excedentes. Mientras Bruselas decide, los ganaderos alertan del riesgo. "Estamos en un círculo vicioso que nadie frena. Esto es una burbuja, la burbuja láctea", lamenta Peláez.

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