Asturias será la segunda comunidad que cuente con un Colegio Oficial de Criminólogos, que se constituirá oficialmente el próximo día 14 con algo más de 60 colegiados, aunque la aspiración de sus impulsores es superar los 700. En la actualidad sólo existe otro en Valencia, con lo que los fundadores pretenden incorporar también a los titulados de las comunidades vecinas al Principado. Los criminólogos reclaman que se reconozca su función, que abarca no sólo el análisis del perfil de los delincuentes, sino que pueden jugar un papel fundamental en la prevención, empezando en los colegios para detectar a potenciales acosadores escolares y también a las víctimas. Paralelamente seguirá funcionando la Asociación de Criminólogos de Asturias, aunque su papel se centrará a partir de ahora en la realización de estudios, informes, jornadas especializadas y todas aquellas actividades que puedan ayudar a impulsar esta titulación.

Faustino Brañas optará en la asamblea constituyente a ser el decano del nuevo Colegio Oficial de Criminólogos de Asturias, mientras que Miguel Ángel Perianes se presenta para el puesto de vicedecano. Entre sus objetivos está no sólo integrar al mayor número posible de profesionales, sino también que la Universidad de Oviedo implante e imparta esta formación como grado. Ambos logros facilitarían que "se reconozca la criminología se reconozca como la ciencia intermultidisciplinar que es, porque el criminólogo tiene conocimientos de balística, de psicología, de medicina forense, de derecho?", asegura Perianes. Brañas añade que "en Alemania, el 60 por ciento de los policías son criminólogos. Lo que queremos es que esta profesión sea reconocida y valorada como en el resto de Europa".

Lejos de la imagen generalizada que ve en los criminólogos a los personajes de series como CSI, los impulsores del Colegio profesional aseguran que su trabajo puede ser esencial en los campos más variados, desde instituciones penitenciarias hasta para realizar una selección de personal e incluso en los colegios y los institutos.

"La labor más importante de un criminólogo es conocer los perfiles para ubicar en los distintos campos a los que cometen crímenes. Está demostrado que las personas que cometen un tipo de delitos están inmersos también en otros", explicó Miguel Ángel Perianes. Por ejemplo, la Asociación de Criminólogos imparte clases de reeducación a conductores condenados por delitos contra la seguridad vial que hayan cambiado el ingreso en prisión por trabajos para la comunidad. "Muchas de estas personas llevan con ellos otra delincuencia, como robos y violencia de género, y la mayoría son por drogas y alcohol. Esto es lo que hay que prevenir, porque una vez que se comete el delito ya no hay manera de restauración", añadió. Con este programa se han elaborado unos perfiles de este tipo de delincuencia que se quiere trasladar a Instituciones Penitenciarias para aplicar medidas que faciliten la reinserción.

Uno de los campos que más preocupa a los criminólogos es la atención a la víctima de los delitos, que según afirman, es "la parte olvidada, porque la justicia se encarga de que se respeten los derechos fundamentales de los delincuentes, pero ¿quién se encarga de atender a la víctima, de mantenerla informada, de que no se sienta aún más víctima?", afirman ambos criminólogos.

¿Y el acoso escolar? "Se puede detectar fácilmente en las aulas tanto al menor que tiene el perfil de acosador como el que lo tiene de víctima. Si ambos se detectan a tiempo se pueden reconducir, pero si el acosador ve que su actitud no es punible, se refuerza aún más esa personalidad. Y lo mismo ocurre en el caso de las víctimas, porque igual que hay carreras delictivas las hay victimales, porque se interioriza el papel que juega cada uno", explica Brañas.

Para los criminólogos, sería importante empezar a trabajar con los niños a edades tempranas, a partir de los 8 años, ya en los centros escolares. "A los pequeños les dejan andar con ordenadores y móviles muchas veces sin control, y el ciberacoso es tan peligroso como el que pueden sufrir en el aula. Es fundamental el control parental, que debe ser complementario al del centro escolar porque eso puede ayudar a evitar situaciones peligrosas y a reconducir comportamientos".