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Los lodos de las depuradoras causan parte del mal olor que indigna a los vecinos

Los lodos de las depuradoras causan parte del mal olor que indigna a los vecinos

Cogersa está implantando la recogida separada de los biorresiduos en algunos ayuntamientos. El objetivo es reciclarlos en lugar de enterrarlos en el depósito de Serín. Para ello, el consorcio dispone de una planta de biometanización con capacidad para 30.000 toneladas al año. Está preparada para doblar su capacidad de aquí a 2020, aunque en 2015 solo trató 321 toneladas, lo que prueba que aún queda mucho camino por recorrer. La producción de esta instalación se completó con lodos procedentes de depuradora, de los que en 2015 gestionó 15.292 toneladas. Los lodos de depuradora generan buena parte de los malos olores que tantas protestas levantan en las parroquias del valle de La Zoreda. Cogersa puso en marcha hace un lustro un programa experimental de compostaje de este residuo. El pasado año alcanzó las 11.779 toneladas para una producción de 4.807 toneladas de compost, comercializada en Castilla y León.

El consorcio tiene previsto licitar el mes que viene la construcción de una planta de compostaje industrial a partir de los lodos de depuradoras. Tendrá una capacidad de producción de 40.000 toneladas al año y costará dos millones de euros. Un presupuesto similar será necesario para adecuar las 387 hectáreas que se verán afectadas por el proyecto de ampliación del vertedero, licitado el pasado martes por la comisión delegada de Cogersa. La novedad con respecto a los dos recrecidos anteriores -ejecutados en 2005 y 2010- es que se efectuará en altura, con una elevación máxima de la cota actual de 50 metros. Esta decisión ha generado abundantes criticas vecinales, sobre todo en la localidad corverana de Campañones, la que más sufre los problemas de ruidos y olores del vertedero. Los habitantes se quejan de que el nivel de la basura quedará a apenas medio centenar de metros de sus casas.

El recrecido del vertedero llega a una altura máxima de 230 metros sobre el nivel del mar. Se irá realizando como si fuera una tarta, con capas decrecientes y con pendientes suaves, de entre el 3 y el 5 por ciento, para evitar argayos de basura. El espacio resultante será de unos 2,8 millones de metros cúbicos, lo que, al ritmo actual de recepción de residuos, da para cinco años más. El plan de actuación recoge que el proyecto se ejecute en dos fases. En la primera está previsto que se ganen 2.054.000 metros cúbicos y en la segunda otros 786.000 metros. En la ampliación del vertedero se depositarán desechos urbanos mezclados de origen doméstico o comercial y otros que, aun siendo susceptibles de recogida separada, también se gestionan mezclados.

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