Brasil sufre desde hace varios meses una fuerte crisis económica que se está traduciendo en una honda recesión y en una fuerte inestabilidad política. Aún así el presidente de la Cámara de Comercio Brasil-España, José Gasset Loring, está convencido de las fortalezas del país sudamericano. El empresario participó recientemente en unas jornadas en Oviedo sobre las oportunidades de negocio a ese lado del charco.
-¿Cómo están las relaciones entre España y Brasil?
-Son relaciones muy positivas. Brasil para España es un país estratégico y, por tanto, las relaciones tanto a nivel institucional como político y económico son magníficas. Somos el segundo inversor en Brasil tras Estados Unidos y para muchas empresas no es sólo un mercado donde crecer, sino que también es un socio a largo plazo.
-¿Es un punto de entrada a América?
-No necesariamente. Brasil es como un continente. Es la séptima economía del mundo, son seiscientos millones de habitantes, tiene 27 estados.
-¿Qué tipo de negocio se hace allí?
-Hay un stock de inversión directa de España en Brasil de 70.000 millones de dólares, porque han invertido allí las grandes compañías nacionales de telecomunicaciones, bancos, aseguradoras, de energía, de tecnología, ingenierías... Luego está la pata de la exportación que aún es débil. Estamos exportando unos 3.000 millones de euros al año, que suponen el 1,5% de la exportación total española. No es mucho. Hay unas 6.800 empresas españolas que venden sus productos a Brasil. Ha bajado algo. Y ahí hay mucho margen de mejora porque dado el tamaño de Brasil y el de España el nivel de ventas podría ser mayor.
-¿Y las asturianas?
-Las exportaciones a Brasil desde Asturias son 115 millones de euros. Ha bajado un poco, y suponen un 3,8% del total de las exportaciones de la región. Hay 80 empresas asturianas haciendo negocio allí, sobre todo en temas de productos químicos, maquinaria, productos manufacturados de hierro, abono... Lo que no hemos detectado son inversiones relevantes de Asturias en Brasil.
-El Gobierno de Dilma Roussef está en plena crisis, tras perder el apoyo de uno de los partidos que sustentaban la coalición de Gobierno y los escándalos de corrupción. ¿Cómo afecta esto a la economía?
-El lío político va por un lado, aunque determina también porque genera más incertidumbre y cierta desconfianza y retrae al inversor, y la economía por el otro. La base económica de Brasil es tan grande que éstos son problemas temporales y coyunturales, y cuando se desbloquee el tema político despegará. El país se está haciendo muy competitivo gracias a la depreciación del real que ha caído un 40%. Los bancos de inversión nos están diciendo que hay verdadero apetito por encontrar oportunidades allí, porque las hay.
-¿Qué deberían tener en cuenta las empresas asturianas antes de poner el pie allí?
-Siempre recomendamos respetar la cultura local y no infravalorar a los productores locales, hay gente muy profesional. Luego hay que abarcar Brasil, no como un país sino eligiendo una implantación regional. Otra cosa importante es no tratar de buscar rentabilidades a corto plazo. Brasil es un país para estar a largo plazo, hay que tener vocación de permanencia.
-¿Y se ve solución al tema político?
-No tengo ni idea de cómo se va a desbloquear, pero los negocios siguen funcionando y la inversión extranjera sigue llegando. Hay una cosa muy importante allí, y es que se cumplen todos los compromisos. Mi experiencia personal con Iberdrola es que a lo que se comprometen lo cumplen.
-¿Qué ha supuesto para el país la celebración del Mundial de Fútbol (en 2014) y de las Olimpiadas este verano?
-Las Olimpiadas suponen grandes inversiones localmente para Río de Janeiro. Se modifican las infraestructuras de la ciudad, el transporte... Va ser magnífico para la ciudad, y como marca para Brasil.
-Sobre la organización del Mundial hubo algunas críticas.
-Las había sobre que no iban a terminar las obras, que el transporte iba a funcionar mal... pero, al final, los estados no se cayeron y demostraron una buena capacidad de organización.
-La explotación de uno de los mayores pozos petrolíferos descubiertos, cerca de Río de Janeiro, está paralizada.
-Allí se está desarrollando una industria petrolífera muy importante, que aún no se está explotando porque son aguas profundas que están a siete mil metros y se necesita una tecnología especial que aún no existe. Con la bajada del precio del petróleo no se hace rentable hacer la perforación con tanta profundidad. Si estuviera a 80 dólares el barril ya se podría hacer, pero a 40 no.
-Pero el país está en recesión, y cayendo un 3%.
-Este año no crecerá, el pasado ya cayó el PIB un tres y pico. Allí hay actividad, pero el hecho de que la economía caiga supone que hay menos actividad de la que debería. Ha habido un cierto parón porque el proceso judicial de Petrobras también ha influido sobre otros sectores como el de la construcción, hay algunas licitaciones paradas y ha paralizado algunos contratos. Pero es un tema coyuntural.
-Es una zona que está atrayendo a muchos jóvenes españoles que no encuentran empleo aquí.
-Si, hay muchos jóvenes que se han ido para allí con empresas españolas. Pero mi experiencia es que las empresas grandes suelen utilizar a ejecutivos locales.
-¿Las grandes empresas lo están pasando mal allí?
-Nosotros (Iberdrola) seguimos ganando dinero. Para nosotros supone el 4% del beneficio. Llevamos allí 20 años y es un socio muy de largo plazo y estratégico.
