Acaba de empezar la campaña de la renta 2015 con el nuevo sistema denominado renta web, e independientemente de los fallos surgidos en el sistema el primer y segundo días de campaña, uno ve otro tipo de cosas que la Agencia Tributaria, en mi opinión, debería tener previstas y solucionadas con suficiente antelación, ya que dispone de todo el año para tener la maquinaria a punto antes de empezar la campaña de la renta.

El primer fallo que encuentro es el desmesurado afán de protagonismo por parte de la propia Agencia en vender su, digamos, imagen benefactora, pregonando a los cuatro vientos en todos los medios de comunicación que los primeros declarantes con derecho a devolución recibirán su dinero en 48 horas. Con la falta de pasta que actualmente hay en la gente, ¿qué tiene de extraño que se colapse el sistema, si resulta que ellos actúan como los grandes almacenes en comienzo de rebajas? Otro problema en contra del contribuyente es el del teléfono de información, ya que a pesar de ser un 901 te tienen una minutada en espera y luego te cortan diciendo que todos sus agentes están ocupados. Por último, te acercas a la sede local de la Agencia y allí te responden que en el tema del borrador y renta web no saben nada de los problemas, y que uno debe llamar al teléfono de información que acabo de decir, que siempre está con sobrecarga. Total que, en mi opinión, que me disculpen, creo que nos chulean.

Este año, por la curiosidad de ver en qué consistía el nuevo sistema de renta web me dio por solicitar mi borrador el primer día, lo conseguí tras muchos intentos, lo modifiqué añadiendo como siempre mi pequeña pensión de Alemania, y cuando intenté aceptar y enviar el borrador, el sistema me bloqueó totalmente la operación, y ahí me quedé empantanado tres días, sin conseguir contactar con alguien de la Agencia que me aclarase el motivo real del problema y qué hacer para solucionarlo.

Conclusión: que la Agencia Tributaria nos tiene agarrados por los cataplines y hemos de aceptar sus fallos sin rechistar, tal como nos dice el dicho popular de las lentejas: si las quieres las tomas, y si no...