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AGUSTÍN COSTA GARCÍA | Catedrático de Química Analítica y candidato a rector

"Es injusto que se premie a la Ciencia y la Tecnología por delante de las Humanidades"

"Los alumnos tienen una representación muy grande en la Universidad y no la están utilizando"

En el laboratorio, "de donde había salido muy poco". Agustín Costa eligió su laboratorio de la Facultad de Química, rodeado de los miembros más jóvenes de su equipo, para su retrato como candidato a rector. MIKI LÓPEZ

Agustín Costa García (Meres, Siero, 1949), catedrático de Química Física y Analítica, casado y padre de tres hijos, atiende a LA NUEVA ESPAÑA tras una comida con dos de los futuros integrantes de su equipo rectoral, Jorge Parrondo, que ocupará el vicerrectorado de Ordenación Académica y María José Álvarez Faedo, designada para ocupar el vicerrectorado de Extensión Universitaria e Internacionalización. "Hace un mes no los conocía de nada y ahora estamos en una sintonía perfecta. Esto es lo bonito de este proceso", reconoce.

-A ocho días de la votación, ¿qué sensación tiene?

-Muy bonita por el hecho de conocer a otras personas y sentirte querido por otros. Muchos son gente que acabas de conocer porque yo he salido muy poco de este laboratorio y de este despacho y cuando viajas, estás en congresos con gente distinta pero en tu Universidad te encuentras con otras situaciones distintas pero que son gente que está a tu lado. Esa empatía existe incluso con los demás candidatos, porque no creo que haya recelos.

-Fue uno de los primeros en adelantar cargos como la gerencia y algunos vicerrectorados. ¿Por qué?

-Yo no digo que voy a ser transparente, lo soy y como lo soy no tengo nada que ocultar y hago partícipe a mi Universidad de la gente que está en sintonía conmigo, apoya este proyecto y hace de él su vida en los próximos cuatro años. Nunca había participado en un proceso de este estilo y, tanto la gente de base como la gente de excelencia que ha hecho de mi idea la suya, me enriquece un montón.

-¿Una razón por la que Agustín Costa debería ser el próximo rector?

-Respondería con el emblema de la campaña. Una Universidad que no emprenda es una Universidad del pasado y, además, una Universidad que corta mucho las aspiraciones de nuestros jóvenes. Esa es mi aspiración, hacer de la Universidad de Oviedo una Universidad emprendedora.

-Si después de este proceso no fuera rector, ¿con qué se queda como aspirante?

-Será una experiencia muy positiva por el hecho de estar en sintonía con personas de gran capacidad y excelencia en otras áreas de conocimiento que ya de por sí te aporta valor. Estoy hablando con personas que antes no conocía y que exista sintonía en puntos de vista tan diferentes es un tesoro.

-¿De qué adolece la Universidad de Oviedo?

-Esencialmente de dos cosas: transferencia de tecnología y creación de empresa y en la captación de proyectos europeos. Ahí tengo a la persona adecuada, Jaime Ferrer, un investigador de enorme prestigio, que puede abrirnos las puertas de Europa.

-¿Es posible emprender sin el respaldo económico que se presupone debería acompañar en las primeras etapas?

-No solo es posible sino que yo lo he hecho en una época de crisis: he emprendido cuatro veces y sin apoyo institucional por parte de mi Universidad. Si eso tuviera mínimamente un apoyo e podría ser un foco importante de transferencia de tecnología.

-¿En qué áreas es fuerte la Universidad de Oviedo?

-Tenemos grupos muy potentes en investigación. Esta es una Universidad que va a muchas velocidades pero dentro de esas velocidades tenemos grupos de excelencia que con una gestión adecuada son los que pueden hacer traer dinero. En todas las áreas hay equipos de excelencia.

-Profesores de Humanidades reivindicaban hace unos días a través de las páginas de este diario una mayor atención...

-Creo que las Humanidades se ven como la hermana pobre de la Universidad porque parece ser que se premia más a la Ciencia y la Tecnología que a las Humanidades. Es injusto. No podemos utilizar la misma vara de medir para cosas que son distintas. Los índices de impacto que tenemos en Ciencia no los tienen en Letras entonces no se puede utilizar los mismos cánones de medidas. Eso hay que cambiarlo y poner medios más adecuados de valoración en las Humanidades.

-¿Usted las echó en falta en el proyecto de Campus de Excelencia Internacional?

-Sin duda. Se han visto siempre como el patito feo y han sido ninguneadas en términos generales y eso no sienta bien. No es que nadie las desprecie pero no se les da aprecio y no sé si es hasta peor porque cuando te ignoran es uno de los mayores errores que podemos cometer.

-¿Qué propuesta tiene?

-Propongo dinamizar la internacionalización, sobre todo, en la captación de estudiantes del centro y norte de Europa e incluso de Estados Unidos. Quiero que esta Universidad que ahora se cierra en el verano tenga en verano tanta actividad como en el período lectivo. Ahí es donde las Humanidades van a ser el buque insignia.

-Fue uno de los primeros candidatos en hacer públicos sus encuentros con ayuntamientos...

-Yo creo que hacer universidad es estar en sintonía con las fuerzas vivas de la sociedad y, por tanto, solamente lograremos dinamizar nuestra Universidad si hay esa sintonía con todos los campus, de ahí los encuentros con los alcaldes, a los que les he pedido cosas concretas y Gijón y Mieres y, desde luego, no han rehuido el envite. Los más bonito y que ha tenido un eco muy positivo ha sido cuando fui a hablar con Carmen Moriyón. Le dije que quería llenar el campus de Gijón de cientos de extranjeros si ella les daba alojamiento y me dijo que sí. Eso será un primer laboratorio para luego dar el salto y extenderlo a Oviedo y Mieres. Entonces tendremos una Asturias más viva, dinámica y joven. Y eso ayudará a poner nuestra Universidad en el mundo.

-¿Qué lugar tiene ahora la Universidad en el mundo?

-Yo prefiero ni mencionarlo porque casi ni aparece. Es una Universidad que podría mejorar mucho si cuidamos la trasferencia de tecnología, la captación de proyectos europeos y de estudiantes extranjeros. Si mantenemos las cosas como están se irá cada vez más abajo.

-Los estudiantes piden tener más voz en la Universidad...

-Los he visto mucho más preocupados por su futuro que por cuestiones de interrelación con las autoridades porque ya tienen una representación muy grande en la Universidad y no la están utilizando. De hecho, vemos que elección tras elección su participación es pequeña porque aquí están unos años y después se van a ejercer su profesión. Pero cuando he hablado con un par de colectivos de estudiantes y les he propuesto la asignatura de emprendimiento les ha interesado mucho. Su preocupación está en eso, en cómo alimentar su creatividad.

-¿Cree que desde la Universidad se está limitando la creatividad de los jóvenes?

-Sin duda. ¿Cómo puede ser que a los 22 años un 70% de nuestros jóvenes quiera ser funcionario? Yo eso lo considero una enfermedad que llamaría "seguritis" y tenemos que curársela. Esa materia de emprendimiento va en esa dirección.

-El colectivo que decidirá lo que pase en estas elecciones es el personal docente. ¿Qué propuestas tiene para ellos?

-Es un colectivo enormemente importante que está bastante desilusionado. Solo conseguiremos desvolverles la luz buscando incentivos para que puedan dedicar más tiempo a la investigación y favoreciendo la entrada de dinero con proyectos europeos. Debemos volver a ilusionarles y ayudarles a emprender.

-¿Qué necesidades detecta en el PAS?

-Yo digo que es como el lubricante del motor, necesario para que ese motor no se gripe. Tenemos un PAS enormemente desmotivado y desilusionado porque con frecuencia ven cómo se aprueban normas y luego se rompen. Lo que más les desilusiona es no tener clara una promoción justa y clara, ya que muchas veces se llegan a ocupar puestos sin formación previa para ello y eso trae otro choque. Todo eso es desmotivador, no se sienten útiles, siendo muchas veces utilizados.

-¿Hacia dónde dirigiría el foco en la captación de fondos?

-Las fuentes de financiación son tres: el Principado, las matrículas y los fondos de investigación. Aumentar las matrículas es impopular y aunque se hiciera no iba a ser ninguna solución e incluso podría suponer que muchos estudiantes se fueran. La solución está en que quien nos gobierne desde el Principado vea la Universidad puede crear empleo y riqueza. Yo veo a mi Universidad como un motor de la sociedad y así debiera de ser. En eso creo que soy enormemente testimonial.

-¿La sociedad asturiana reconoce el valor de su Universidad?

-Ahora mismo no pero si se abre y dinamiza como debiera generando pequeñas empresas que colaboren con las grandes y si se ocupara de problemas sociales importantes, entonces la Universidad estaría mucho más presente en la sociedad y la sociedad asturiana la valoraría mucho más que ahora.

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