El Gobierno socialista prefiere el sistema nórdico de estímulo a la natalidad, consistente en la prestación de servicios públicos cualificados, al francés que está basado en ayudas directas mensuales a partir del segundo hijo. El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, argumentó esa preferencia al ser preguntado ayer, tras el Consejo de Gobierno, si el Ejecutivo incluye alguna medida de carácter fiscal en el plan para frenar el declive demográfico que presentarán en un plazo aproximado de un mes en la Junta General del Principado.

Martínez no quiso entrar en detalles del contenido del plan, pero subrayó que estará abierto a "las aportaciones" y sugerencias que puedan plantear los grupos políticos con representación en el parlamento asturiano. El borrador del Gobierno incluirá acciones en materia de envejecimiento activo, conciliación de la vida laboral y familiar, desarrollo económico, calidad y proximidad de los servicios público.

Guillermo Martínez cree que la concesión de ayudas directas por la natalidad entraña el riesgo de "perpetuar la marginalidad o el abandono de las mujeres del mercado laboral". El portavoz del Gobierno también afirmó que está muy avanzado el pacto contra la violencia de género.