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La Universidad decide modelo de futuro

Los cuatro candidatos a rector, ya en la recta final electoral, dibujan proyectos diferentes para la institución académica que engloba a 25.000 asturianos

Por la izquierda, Pedro Sánchez Lazo, Santiago García Granda, Agustin Costa y José Muñiz, en las instalaciones del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, antes del debate entre candidatos. IRMA COLLÍN

Oviedo, C. JIMÉNEZ

El que podría considerarse ya como el concejo 79 de Asturias, la comunidad de 25.000 vecinos entre docentes, personal de administración y servicios y alumnos que juntos conforman la Universidad de Oviedo, decide esta semana su próximo "alcalde". A la pugna en las urnas convocada para el jueves concurren cuatro catedráticos, José Muñiz, Pedro Sánchez Lazo, Santiago García Granda y Agustín Costa, todos ellos con experiencia en cargos de gestión excepto el último.

Coincidían por primera vez los aspirantes el pasado 16 de marzo, en un acto organizado por los estudiantes en el edificio histórico de la Universidad dentro de su proceso de "Ágoras". Y volverán a coincidir mañana, lunes, en una convocatoria realizada por los órganos de representación de los trabajadores de la institución académica en el mismo escenario. Pero el primer debate público, que sirvió como punto de arranque de la campaña se celebró el 1 de abril en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA. Allí los candidatos ya marcaron distancias, sin querer, de lo que imaginaban para la Universidad del siglo XXI. Coinciden, en muchos casos, los rectorables en el fondo aunque el desarrollo de esas ideas para que la institución académica recupere su liderazgo en la región es bien distinto.

Hay semejanzas en los programas a la hora de plantear mejoras en docencia en investigación. Para "la institución que más ha hecho por Asturias", según Santiago García Granda, catedrático de Química Física, hacen falta medidas para reconocer las tareas docentes, investigadoras, de transferencia de tecnología, de innovación docente y de gestión. A su juicio, "la imagen que damos es muy distinta y, en la coyuntura actual, estamos perdiendo posiciones rápidamente."

"Nos contratan para dar clase pero nos evalúan por investigar. Hay que recuperar y dignificar la docencia", aprecia José Muñiz, catedrático de Psicometría, quien también fue el primero en la carrera al Rectorado en apuntar lo "maltratadas" que habían estado las Ciencias Sociales y Humanidades. Con esa percha, candidatos como Santiago García Granda o Pedro Sánchez Lazo trataron de ganarse el favor del campus de El Milán en estos últimos días, si bien ya habían realizado visitas anteriores al período electoral. Allí volvieron a hablar del reconocimiento a la docencia, de "recuperar derechos perdidos", de favorecer la internacionalización de la Universidad a través de las Humanidades, de apoyar a los investigadores, sean de la rama que sean, o de continuar mejorando la oferta docente.

Agustín Costa, que fue capaz de rechazar una oferta en la Universidad de Berkeley o un cargo de máxima responsabilidad en una empresa farmacéutica para "enseñar en casa lo que había aprendido fuera", insiste que no hay mayor motor para una universidad que sus estudiantes sean emprendedores. A la incorporación de una asignatura sobre esta temática en los grados suma Costa, como acicate para la investigación, la creación de un comité externo compuesto de galardonados en los premios "Princesa de Asturias" para asesorar a la Universidad sobre la generación de nuevas líneas de investigación o consolidar las existentes que sean de interés académico, científico, tecnológico o económico.

Como el resto de candidatos, en los alumnos también se fija Pedro Sánchez Lazo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular, pero desde la perspectiva de ganar autonomía en un colectivo que suma 21.580 electores, el de más peso en cifras absolutas pero el de menor representación en el sistema de voto ponderado en las elecciones al Rectorado. Reclama la misma autonomía para centros y departamentos pero exige que los alumnos sean "corresponsables" en las decisiones que se toman desde el equipo de gobierno en la Universidad y no olvida, al referirse a la etapa reciente de la institución académica, en advertir sobre la necesidad de abandonar "el personalismo" a cambio de una gestión "más abierta".

El único que lanzó en esta campaña electoral una propuesta concreta sobre nuevas titulaciones fue José Muñiz: los estudios de Educación Física para el campus de Mieres. Una idea criticada por el resto de candidatos al igual que el planteamiento del catedrático de Psicometría de potenciar el Centro Internacional de Posgrado, con el objetivo de alcanzar un 20% de alumnado extranjero. Santiago García Granda, por su parte, se propone aprovechar el potencial de los estudios de español en la Universidad de Oviedo para captar estudiantes foráneos.

Las promesas para estabilizar, promocionar y renovar la plantilla docente han sido una constante en los actos celebrados en los campus de Oviedo, Gijón y Mieres en las últimas semanas. Apoyar el desarrollo de la carrera académica, intensificar la captación de profesorado de excelencia, eliminar la figura de los falsos asociados, utilizar el diálogo como herramienta de trabajo con el Personal de Administración y Servicios (PAS) o actualizar la última Relación de Puestos de Trabajo (RPT) son iniciativas que cuentan con el favor de toda la comunidad universitaria y que, en mayor o menor medida, forman parte de los programas de los cuatro rectorables. También el apoyo a una investigación de calidad y la difusión y transferencia de los resultados a la sociedad. Una línea que persigue el Instituto de Investigación e Innovación Educativa que recoge en su programa Santiago García Granda, al igual que lograr "laboratorios y aulas del siglo XXI" y "ayudas a los estudiantes con dificultades económicas".

A Pedro Sánchez Lazo le preocupa que pueda existir una desconexión entre las formas de hacer en la Universidad y las necesidades del territorio donde se asienta. "Tenemos que recuperar la Universidad que queremos: enraizada en la sociedad asturiana y comprometida con su progreso, orientada al desarrollo personal y profesional, competitiva y atractiva en el entorno nacional e internacional por su oferta académica y por la generación y transferencia del conocimiento", reivindica.

La rebaja de las tasas académicas, la fragmentación del pago de matrículas y una política de becas adecuada a las necesidades del alumnado son el común denominador de los cuatro programas en sus propuestas al alumnado, además de renovar los métodos de enseñanza y la mejora de las infraestructuras. En este punto hay propuestas singulares como la de Agustín Costa que quiere convertir el campus de Gijón en un laboratorio de experimentación para la captación de alumnos extranjeros durante el verano. O el compromiso recabado por Pedro Sánchez Lazo y Santiago García Granda al alcalde Wenceslao López para convertir los antiguos terrenos de la Fábrica de Armas en una extensión de los campus de Oviedo. Hubo una advertencia, eso sí, de Sánchez Lazo que no cayó en saco roto esta campaña: "Los campus se originaron por ideas especulativas. Estaremos muy pendientes de que no vuelva a pasar".

"Queremos que las ilusiones de los universitarios sean nuestros retos", proclamó García Granda en el cierre del debate de LA NUEVA ESPAÑA. "Que el conocimiento de los grupos de excelencia llegue a la sociedad asturiana", expuso Costa mientras José Muñiz desgranó el decálogo de valores y principios de su equipo donde "las personas están en el centro". El catedrático de Bioquímica aboga, por su parte, por una Universidad "con alma, donde se reconozca la igualdad y la diversidad": "Una universidad sin alma se convierte tan solo en un conjunto de edificios y un lugar de paso para sus trabajadores y estudiantes". Estas cuatro ideas se someten el jueves al veredicto de las urnas.

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