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Casi la mitad de los niños asturianos de 9 y 10 años tiene sobrepeso

La falta de sueño, principal causa de la obesidad de los menores, según una tesis de la Universidad de Oviedo | Los jóvenes que leen antes de acostarse duermen mejor y llevan una vida más sana, según el estudio

Casi la mitad de los niños asturianos de 9 y 10 años tiene sobrepeso SC-R

Los niños con falta de sueño tienen mayor riesgo de sufrir obesidad. Así lo confirma una tesis elaborada en la Universidad de Oviedo sobre el estilo de vida de la población infantil en Asturias. El trabajo revela que el 44% de los menores de 9 y 10 años (cuarto de Educación Primaria) tienen sobrepeso. Este dato se explica en parte por la carencia de horas de sueño, que actúan como moduladoras del peso. "Un niño que duerme menos tiempo de lo recomendable para su edad (entre diez y once) y que dedica ese tiempo a ver la televisión o a jugar con el ordenador, al día siguiente se va a saltar el desayuno al levantarse tarde, va a consumir productos calóricos durante la mañana y no se va a comprometer con una actividad física por la tarde por falta de energía", explica la autora de la tesis doctoral, la psicóloga ovetense Raquel Busto, de 33 años. Es por tanto un círculo vicioso que comienza y termina en la cama.

Otro dato interesante que aborda el trabajo tiene que ver con la lectura y los juegos de mesa, dos actividades que de alguna forma "adelgazan". "Los niños que leen antes de acostarse suelen tener una hora preestablecida para irse a la cama", precisa Busto. Es decir, que la lectura o el parchís se asocian con una "vida más pautada" o con rutinas diarias bien establecidas. De igual forma, el estudio señala que el ocio sedentario no es perjudicial en sí mismo, sino cuando se hace un uso inadecuado o se abusa de él. Ver la televisión o jugar a la videoconsola están bien, pero para un rato.

Para llegar a estas conclusiones, Raquel Busto y el director de la tesis, el catedrático de Psicología Isaac Rico, analizaron durante casi dos años a 291 alumnos de 9 y 10 años de 20 centros educativos, repartidos por toda Asturias. Del total de la muestra se extrajo que el 18,17% de los menores presentó sobrepeso y el 15,80%, obesidad. Los datos por sexos indicaron que el porcentaje de sobrepeso fue mayor en el caso de las niñas (30,98%) que en el de los niños (25,50%), mientras que la obesidad fue más alta en ellos (17,44%) que en ellas (14,08%). Esto quiere decir que el 43,97% de la muestra tiene algún grado de exceso de peso frente al 56% que estaría en normopeso. Extrapolando estos porcentajes a la población infantil asturiana, se concluye que el 44% de los escolares de cuarto de Primaria sufren obesidad.

Durante el análisis, Raquel Busto comprobó que la información dada por los padres de los niños era 2,07 kilos menor que en la realidad. "Si se hubiese aplicado la información aportada por las familias, la prevalencia de sobrepeso habría caído un 15%. Por tanto, los padres estaban infravalorando el problema", afirma la psicóloga. Y eso que los progenitores son claves para normalizar el peso de sus hijos.

"Hay que darles unas pautas y que las apliquen en su vida diaria. Hay que predicar con el ejemplo. Lo que no puede suceder es que una madre no desayune, porque así difícilmente lo va a hacer su hijo. Y lo mismo pasa si un padre no establece una hora determinada para ir a la cama y se guía por la tele", critica Busto, que pide incluir en los programas de prevención y tratamiento de esta enfermedad el sueño. "Todo depende de ello. Así que si corregimos este hábito podremos modificar en cascada el resto de pautas consideradas negativas", insiste, sin dejar de lado la buena alimentación y el ejercicio físico.

El estudio, que presentó el pasado 11 de abril en la Universidad de Oviedo, relaciona la autoestima negativa y la ansiedad con un mayor índice de masa corporal. La razón hay que buscarla nuevamente en el sueño. "Todo se retroalimenta, así que si ese niño que tiene baja autoestima engorda, el ánimo le va a bajar más, va a dormir menos... Es todo un círculo vicioso", concluye Raquel Busto, ahora profesora en el instituto "Estelas de Cantabria", en Los Corrales de Buelna.

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