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Jorge Pablo Pascual | Presidente de la Asociación Empresarial de Profesionales Veterinarios del Principado de Asturias y de la Confederación Empresarial Veterinaria Española

"Asturias no está libre de rabia: en trece años la protección bajó casi un 79%"

"Ningún veterinario monta una clínica para hacerse rico, es vocacional, - y por eso estamos luchando contra el intrusismo, que es mucho"

Jorge Pablo Pascual, ayer, en su clínica de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Asturias no está libre de rabia. Ese es el mensaje de alarma que lanza Jorge Pablo Pascual (21 de diciembre de 1971, Gijón), presidente de la Asociación de Veterinarios del Principado. Según un reciente estudio, la región está a la cola de España en vacunación contra esta enfermedad. Los datos lo demuestran: en 13 años, la protección bajó casi un 79%, pasando un 90% en 2002 a un 11,4% en 2015. Pascual también hace hincapié en otras luchas del sector: el intrusismo y su integración en la consejería de Sanidad.

-Según un estudio de su asociación, Asturias es la comunidad donde menos se vacuna frente a la rabia. ¿Por qué?

-Una de las primeras regiones que dejó de vacunar frente a la rabia fue Asturias. Y aquí tenemos la cultura de que cuando algo no es obligatorio, no se hace, porque se piensa que la recomendación es para sacar dinero. El problema es que no estamos protegidos ante esta enfermedad. Esto mismo se lo dijimos al Gobierno autonómico, que nos aseguró que la rabia estaba erradicada en la comunidad. Y erradicados sólo están los dinosaurios; la rabia lo que está es controlada. Pero la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que para ello es fundamental la vacunación. No somos conscientes del riesgo. El último caso de rabia se dio en Francia por un cachorro importado de Hungría. Aquí el Seprona está cada poco desmantelando redes de tráfico ilegal de mascotas.

-¿Quiere decir esto que el mayor riesgo que tienen los propietarios es la rabia?

-Sí, y lo peor es que no tiene cura. En el momento en el que un animal presenta síntomas de rabia, hay que aislarlo y si se da el caso, sacrificarlo. Y no estamos exentos de rabia en absoluto. Doy datos: en 2002 la protección era de casi el 90%, y de ahí pasamos en 2013 a un 14,1% y en 2015, a un 11,4%. Existe un tipo de inmunidad, llamada de rebaño o de grupo, que dice que para estar a salvo de una enfermedad tenemos que llegar a un nivel de protección del 85%. Fíjese dónde está Asturias: en un 11,4%. Y sospechamos que la cifra puede ser menor todavía. Una incongruencia que se da en Asturias es que sí es obligatoria la vacuna en perros potencialmente peligrosos. ¿Y eso por qué? Si para contagiar la rabia nos da igual que nos muerda un Chiguagua o un Rottweiller.

-¿A qué problemas se enfrentan los veterinarios?

-Por ley, somos una profesión sanitaria. Pero, ¿qué sucede? Que estamos integrados en la consejería de Agroganadería. Y eso hace unos años tenía sentido, porque los veterinarios trataban fundamentalmente animales de abasto. Pero eso ha cambiado, ahora atendemos a perros y gatos, que duermen en la cama con sus dueños. Por tanto, no estamos hablando de animales, sino de salud pública. De ahí que reclamemos la integración en la consejería de Sanidad.

-¿Hay intrusismo en el sector?

-Mucho, tanto como en Odontología. Exigimos una regulación de los centros veterinarios. Ahora mismo, si una clínica abre y no tiene una nevera para conservar las vacunas no pasa absolutamente nada. Y lo mismo sucede con los profesionales que se ponen al frente de un local y les importa un rábano los animales. Le puedo asegurar que no conozco a ningún veterinario que se meta en esta profesión con el objetivo de hacerse rico. Es vocacional.

-¿Cómo ha afectado la crisis a las clínicas veterinarias?

-En 2014, cerraron en España 744 centros. O lo que es lo mismo, un 10% del total, que son unos 8.000. En Asturias, ya cerraron este año dos clínicas y no hay más de 150. La crisis nos afecta como a cualquier otro sector.

-¿Cuáles son los principales errores que cometen los asturianos con sus mascotas?

-Los propietarios por lo general son muy responsables con sus animales. Pero lo primero que recomendamos es que antes de comprar una mascota, vayan al veterinario y se informen. No suele haber más problemas. Además, con el maltrato la población está muy concienciada, gracias a la labor de educación que hacen las asociaciones animalistas. En relación a este tema, la Asociación de Empresarios Veterinarios de Baleares consiguieron asociar la violencia de género con el maltrato animal.

-Las colonias de gatos son una fuente de infecciones, ¿cómo se puede solucionar este problema?

-Lo primero sería hablar con todos los agentes implicados: veterinarios, protectoras... Porque no todas las colonias son iguales. Y lo segundo, tratarlas sanitariamente. Hay que desparasitarlas y para ello es fundamental reforzar el control. Hay muchos ayuntamientos que están trabajando en ello, pero nosotros apostamos por un acto clínico de calidad. Es decir, hay que operar en las instalaciones adecuadas, no en la calle.

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