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Maestros y discípulos

Esteban Agulló: "Resulta preocupante la normalización del empleo precario en España"

Sara Menéndez Espina: "Ampliar el bagaje investigador implica un desembolso económico personal y nadie te ayuda"

Esteban Agulló y Sara Menéndez, asomados en el balcón del despacho del primero en la Facultad de Psicología.

"Se necesita gente que innove, con iniciativa y otras competencias, ya no hacen falta grandes masas de trabajo", advierte sobre la nueva realidad del mercado de trabajo el profesor Esteban Agulló, responsable del grupo de investigación en Psicología Social de la Universidad de Oviedo, integrado, a su vez, en el grupo internacional "WorkforAll Project" que se propone evaluar los efectos de la crisis económica sobre la salud y el bienestar psicosocial de las personas en situación de desempleo o empleo precario. Con ese objetivo, la institución docente asturiana coordina un consorcio de universidades de ámbito nacional e internacional que implica, entre otras, a Cambridge, la Universidad Católica Portuguesa, y las de Mainz, Utrecht, Guadalajara-México, Gerais, Ege, Torino y Cagliari. Todo surgió de una estancia de Agulló en Cambridge y el contacto con el profesor Brendan Bruchell. "El desempleo es una lacra. Y la precariedad laboral también. El paro juvenil no disminuye, y el de larga duración se incrementa. Tanto uno como otro son fenómenos que afectan directa e intensamente en la salud de las personas, especialmente la salud mental", indica Agulló.

El estudio contempla varias ramas, por un lado, analizar los efectos del paro sobre el bienestar de la personas pero también desde el apoyo social que perciben estos trabajadores y las estrategias para afrontar su situación. Hasta ahora han realizado unos 3.000 cuestionarios, incluyendo las colaboraciones de sus socios internacionales. "Lo que vemos actualmente es que España es más pobre, más desigual, más precaria y más vulnerable. Pero el problema del desempleo es impostergable. Y, sobre todo, la situación de desventaja y discriminación de las mujeres", detalla el profesor de Psicología de la Universidad de Oviedo. Sobre este último aspecto es sobre el que ha decidido profundizar en su tesis doctoral su discípula Sara Menéndez Espina, licenciada en Psicología (2012), que participa también del proyecto "WorkforAll". "Lideramos todos los ranking en precariedad laboral, es algo muy preocupante", manifiesta Esteban Agulló. Lo peor de ese proceso es que tiende a empeorar. "Se está normalizando y naturalizando la precariedad laboral. Lo clásico era el desempleo no esa precarización del empleo. Eso es lo que preocupa", continúa el docente universitario.

Ese análisis sobre la desvalorización del trabajo lo extiende también al ámbito de la Universidad. "La actividad docente está devaluada, desconsiderada", opina. Y el empleo, también en la institución académica, "debe ser de calidad", reivindica. Pero la investigación universitaria se enfrenta en la actualidad a numerosos problemas. Y detalla: insuficiente e inadecuada financiación, escaso apoyo especializado, falta de internacionalización , burocratización..."El investigador se encuentra en un laberinto de dificultades y despropósitos", lamenta.

Sara es una de los doctorandos de la Universidad de Oviedo que vive esa situación en primera persona. La joven encuentra obstáculos desde el punto de arranque. Las becas, en general, presentan unos criterios muy restrictivos, opina. Y la última convocatoria de ayudas "Severo Ochoa", ni se hizo efectiva, recuerda. Las ayudas para movilidad "no se sabe cuando salen o cuando los hacen te enteras que no se ajustan a los requisitos de tu proyecto de investigación", continúa la joven gijonesa, máster en Metodología de Ciencias del Comportamiento y de la Salud por la UNED. Cualquier acción encaminada a ampliar el bagaje académico e investigador "necesita un desembolso económico y nadie te ayuda", precisa. La decisión de algunos es buscar un trabajo fuera de la Universidad, para ir tirando. "Pero te penaliza en investigación", indica Sara. "Al final se sacan las cosas adelante a base de voluntarismo", coinciden maestro y discípula.

Según Esteban Agulló, a los investigadores les exigen unos indicadores de excelencia científica mientras que los recursos y los apoyos que reciben son "tercermundistas". Por eso, reclama una política científica e investigadora "realista e integral, que fomente la especialización" además de la movilidad internacional, y la promoción profesional permitiría motivar a las plantillas actuales. Las países con mayores niveles de inversión en I+D+i, recuerda Agulló, son también los presentan unos empleos de mayor calidad y mejor remunerados. En este punto, maestro y discípula introducen una nueva variable en su análisis sobre la relación entre precariedad laboral y salud mental. Los parados de larga duración acaban por volverse "invisibles" en las políticas de la Administración. Y los de más de 45 años, agregan, "se quedan al margen y nadie se preocupa de ellos". En ese contexto se extiende la desmoralización, apatía, pesimismo, dice Agulló, indicadores todos ellos que "convendría ser mejor estudiados". Según el profesor de Psicología, las políticas activas de búsqueda de empleo "son muy elementales o inexistentes y el empresariado invisibiliza a determinados colectivos", denuncia cuando es conocido que la mejor inversión de un país es en capital humano.

En el ámbito de la Universidad, la falta de medidas de promoción en la carrera investigadora lleva a que varios compañeros de doctorado de Sara hayan optado por buscarse una salida laboral en otros sectores. "Al final, te descentra", apunta el maestro. Pese a todo, la doctoranda es optimista. Y aprecia los resultados de su paso por la Universidad. "Te da un conocimiento como persona, una visión crítica y reflexiva y capacidad de abstracción". El posgrado, subraya, añade el contacto con ámbitos que no había tenido oportunidad de conocer durante la primera etapa. "Pude abordar temas sociales que me interesan mucho y que tienen un papel útil para la sociedad", continúa la joven. La investigación en grupo también tiene su gratificación: "Porque el equipo tea arropa y te apoya", precisa.

El alumno de doctorado es un recurso humano "de alto nivel de cualificación que debe de ser considerado, apoyado y valorado", plantea el maestro. No siempre es así. La precariedad de los becarios en la Universidad más que una tónica se ha convertido ya en drama. "Es un insulto y un reflejo de lo que está ocurriendo con la indignante precariedad de los contratos en España, en especial con los jóvenes", arguye el maestro. "El desprecio al talento de nuestro país es sangrante", agrega. Los que desesperan "se van y, claro, se los rifan fuera".

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