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La Guía secreta de Asturias

El castro que se levantó frente al mar

La senda costera entre Viavélez y Porcía, en el concejo de El Franco, cuenta con uno de los asentamientos castreños más relevantes del occidente asturiano

El castro que se levantó frente al mar PARTE DE UNO DE LOS FOSOS DEL CASTRO QUE CONDUCE A UN MIRADOR NATURAL SOBRE EL MAR, ENTRE VIAVÉLEZ Y PORCÍA. ANA PAZ PAREDES

Si Asturias tiene magia, si esta tierra secuestra el corazón de quien la busca, aún se acrecienta más esta sensación cuando, además de un paisaje de belleza inabarcable, cuenta con una historia escrita en piedra y esculpida, con el paso de los siglos, por el viento y por el mar. Esto es lo que sucede cuando lo que apetece es olvidarse del mundo paseando por lugares tan hermosos como el tramo de la senda costera que discurre entre el puerto pesquero de Viavélez y la no menos imponente y seductora playa de Porcía, en el concejo de El Franco.

Allí, en un extremo de tierra que quiere ir siempre más allá del mar, existió siglos atrás un impresionante castro costero que lleva el nombre del lugar sobre el que se levantó: el castro de Cabo Blanco. Posiblemente para los amantes de la naturaleza este lugar no es sino otra joya más dentro de un trozo de paraíso por el que caminar es un lujo para el espíritu. Y es que sin duda impresiona, para los que gustan de los lugares históricos y, sobre todo, para los amantes de la cultura castreña, encontrarse de repente con uno de sus fosos y caminar entre sus muros hasta el límite con el mar. El castro ha sido objeto de excavaciones por parte de los arqueólogos para su estudio. Sin embargo, éstas fueron cubiertas y a día de hoy no están visibles para el viajero, quien, al llegar, y tras descubrir el foso, deberá desplazarse hasta el mirador donde consta toda la información para hacerse una mejor idea de cómo era este asentamiento castreño y poder representarlo, de alguna forma, en su imaginación.

Este castro, que por su extensión es el más importante de la comarca y uno de los más destacados de Asturias, tenía fortificaciones de defensa en cinco líneas, donde había cinco fosos y tres parapetos. Los fosos se excavaron en la pizarra y los parapetos se construyeron con tierra, cantos rodados y piedra procedente de las trincheras. Fue habitado en los siglos I y II d. C., sin embargo, no se descarta su fundación en época prerromana.

Para llegar hasta él hay que coger la carretera N-634 y en Valdepares, donde se ve un parque infantil, entrar por una carreterina en dirección a la iglesia. Un poco más allá, y antes de iniciar la senda propiamente dicha, está el palacio de Fonfría, del siglo XVI, construido sobre lo que fue una torre fuerte de tres plantas, otro de los edificios emblemáticos de El Franco. Posteriormente, una vez imaginado el castro y quien lo habitaba, además de disfrutar del maravilloso paisaje donde se encuentra, lo mejor es acabar el día en el puerto de Viavélez o paseando al atardecer y en marea baja por la preciosa playa de Porcía.

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