Las carencias en los accesos a las ciudades de Gijón y Oviedo, unidas a la falta de un enlace intermedio entre ambas vías, impiden que la Autovía de la Industria (AS-II) se convierta en una alternativa solvente a la "Y", según indican los conductores y transportistas consultados por este diario. Además, estos profesionales del volante alertan de que el déficit de integración urbana amenaza con generar atascos a la entrada de Oviedo por la AS-II entre esta noche y el jueves por la tarde, periodo en el que la ejecución de unas obras mantendrán cortado un carril de la "Y" a la altura del embalse de San Andrés de los Tacones en sentido Gijón-Oviedo. La zona de la actuación está un poco antes del nudo de Serín, por lo que también afectará a las circulaciones desde Gijón a Avilés y al aeropuerto.

La Dirección General de Tráfico (DGT) recomienda a los conductores que, en la medida de lo posible, eviten la "Y" en el periodo de ejecución de los trabajos. Plantea como alternativa la AS-II y una combinación de la Autovía Minera (AS-I) con la de Villaviciosa a Oviedo (A-64).

El Gobierno regional, que ha pedido al Ministerio de Fomento que traslade las obras en la "Y" al fin de semana, considera que el tramo final de la AS-II en Gijón, así como su enlace con la Transcantábrica (A-8) en Roces, supone uno de los puntos más conflictivos de la red viaria asturiana de alta capacidad. En ese enclave se produjeron retenciones de entidad el pasado día 14, cuando otra tanda de obras en la "Y" obligó a cortar un carril de la autopista a la altura de la estación de servicio de Robledo (Llanera). Los técnicos autonómicos abogan por una remodelación de ese enlace, en el que son habituales colas de vehículos que amenazan con colapsar la "Y" en las horas punta y que se pueden agrandar durante estos días, debido a la afluencia de conductores que quieran acceder a la AS-II para evitar los trabajos en la autopista.

La propuesta del Gobierno del Principado es sustituir los semáforos por glorietas, para hacer el nudo más sencillo y poner coto a los riesgos de colapso de la A-8. Además, los técnicos creen que serviría para completar de forma más racional el tramo final de la AS-II El presupuesto estimado para esta actuación es de 2,5 millones de euros.