La onda epidémica de la gripe afectó este año a un 2,9% de la población asturiana, lo que equivale a unas 30.225 personas, en una temporada muy poco habitual. La epidemia comenzó a principios de enero, se mantuvo hasta finales de marzo y alcanzó su máximo en la segunda semana de febrero . El comportamiento ha sido muy poco corriente, con aumentos y descensos sobre una onda general de baja intensidad, pero más prolongada en el tiempo de lo habitual. El período de vigilancia centinela de la gripe se inició en octubre y desde entonces, la incidencia acumulada detectada en las consultas de Atención Primaria fue de 2.924 casos por 100.000 habitantes, con mayor incidencia en los menores de 5 años.