Lleva razón el profesor Carlos González (LA NUEVA ESPAÑA, 21-IV-2016) al considerar que la polémica en torno a la ruta de Santiago por el enclave de Noreña lleva camino de convertirse en eterna, dadas las diversas posiciones o interpretaciones que está suscitando el mencionado trayecto. No obstante, las fuentes históricas (aunque muy escasas) están ahí y merece la pena repasarlas y tenerlas en cuenta. Sin ninguna duda, Noreña y Forfontía constituían dos puntos claves en las comunicaciones viarias en la Asturias central en la Alta Edad Media. En ambos lugares confluían o se entrecruzaban las rutas Turiellos-Gijón y Maliayo-Oviedo. La comunicación viaria directa entre el hospital de peregrinos de Río Seco y Fontefortia está atestiguada en la primera mitad del siglo XII. En esa misma centuria se reconocía una "canale antiqva" al oeste de la actual Noreña, que los romanos seguían hasta el enclave de Lugo de Llanera. Esta ruta discurría entre belgas y brañas (abelgas et branias), que todavía hoy son reconocibles en la toponimia de la zona. La antigua "canale" confluía en la villa de Nautiana o Nozana, en las inmediaciones de la actual Viella, para tomar rumbo norte en dirección a Lugo de Llanera. La pregunta se hace ahora inevitable: ¿debe entenderse que en el siglo XII existían ya otras rutas consideradas más modernas y paralelas a la "canale antiqva" romana? Parece lógico pensar que efectivamente era así, y que ya eran practicables otros caminos alternativos entre Noreña y Nozana. Desde este último punto, y según la dirección que tomaran los peregrinos para entrar en Oviedo, se podía vadear el río Nora por dos puntos: cruzando el cercano puente romano de Colloto o bien siguiendo la ruta noroeste hasta confluir en el puente medieval de Cayés, que ya está documentado a mediados del siglo XIII.