Guillermo Maraño, vecino de Pontedeume, de 54 años, el campanu de Asturias fue su primer salmón. Viajó a San Tirso de Abres con otros tres amigos, como en otras ocasiones. "Siempre que podemos coger permiso por este río, lo cogemos", explicaba su amigo José Manuel Álvarez, que reconocía que haber echado a tierra el campanu "es una gran alegría y una gran satisfacción, más cuando el año pasado no cogimos ningún salmón". "Es un momento de muchos nervios y mucha tensión", señalaron. "Es una jornada redonda. Te pasa una vez en la vida", sentenciaba este grupo de amigos aficionados a la pesca.