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Maestros y discípulos

Carrera: "Más que ser competitivos ahora se impone ser competentes y trabajar en grupo"

Liamar Durán: "Nuestro perfil investigador se pierde entre la burocracia; fuera de España el profesorado es más independiente"

Isabel Carrera (izquierda) y Liamar Durán, en el departamento donde realizan los estudios de género para la Universidad de Oviedo. MIKI LÓPEZ

Liamar Durán es profesora contratada doctora en el departamento de Filología Inglesa de la Universidad de Oviedo e imparte docencia en el máster de Género y Diversidad. En los últimos tiempos vive con angustia la excesiva rigidez que se ha impuesto en la institución académica. Llegó a Oviedo tras finalizar los estudios de Filología Inglesa y Lingüística en León con el objetivo de completar su formación de posgrado en Estudios de la Mujer. Durante sus años de investigación doctoral dio clases en las universidades de Wisconsin, Indiana y Chicago. Esa experiencia le hizo abrir los ojos a otras realidades. Antes había estado en Irlanda, destinos todos ellos donde "el profesorado es mucho más independiente. Las instituciones no marcan tanto los tiempos y los programas". El resultado es que hoy, en la universidad española "tu perfil investigador se pierde entre burocracia", continúa, "habría que recuperarlo".

Su maestra, con quien también comparte grupo de investigación, es la catedrática del mismo área, Isabel Carrera, quien coincide con Liamar en que en Gran Bretaña o Estados Unidos existe mucha más libertad en la elaboración de los planes docentes. "En general tenemos una herencia dictatorial que sobrevive", argumenta sobre la excesiva rigidez que se impone en el ámbito universitario. Una de las formas de resolver ese problema son los grupos de investigación. "Más que ser competitivos ahora mismo se impone ser muy competentes y para eso, nada mejor que trabajar de forma colaborativa", destaca antes de realizar un nuevo apunte: "Los países que mejor van son los que más invierten en investigación".

Así las cosas, Isabel lamenta que cada vez se tenga menos en cuenta la actividad investigadora. "Los sabáticos en otros países se dan por hecho, sean de 3, 6 o 9 meses pero aquí se está perdiendo. Es lo que todos los colegas internacionales tienen y aquí cada vez es más difícil hacerlo", continúa la catedrática. A su modo de ver la falta de flexibilidad que existe en nuestro país no ayuda tampoco en la organización académica. "La interpretación que se hizo de Bolonia fue errónea", subraya Carrera, quien, sin embargo, no se olvida de algunas de las fortalezas de la Universidad de Oviedo. "Tenemos un personal muy formado y consolidado, estable, con buen currículo", detalla. Si bien no ocupa los primeros puestos de los ranking valora su vocación como institución formativa para la comunidad autónoma. "La Universidad debe tener esa doble función: hacia dentro y hacia fuera; quizá ésta se parezca más a muchas universidades antiguas y es un poco inmovilista, en cierto sentido necesita modernizarse", plantea.

De cualquier manera, en el grupo de investigación que lidera Carrera, "Intersecciones", tienen vigentes en la actualidad un proyecto del plan estatal de investigación donde se plantea estudiar las ciudades como lugar de encuentro entre grupos diversos en etnia, género y diversidad y un segundo proyecto, de ámbito europeo, dentro de la prestigiosa convocatoria "Marie Curie" con otras siete universidades donde se investiga la construcción de las culturas de la igualdad en Europa. Desde Oviedo coordinan las secciones de culturas jóvenes callejeras y culturas urbanas migrantes en este mismo proyecto. Para ello han contratado a dos doctorandas: Paola Prieto (dirigida por Isabel Carrera y Carla Rodríguez) y Raluca M. Pinzari (dirigida por Esther Álvarez y Liamar Durán). Su radiografía en este ámbito incluye una exploración de manifestaciones como las performances y otros actos culturales alternativos así como métodos innovadores como el uso de los teléfonos móviles para cartografías urbanas de diversa índole.

En todos sus estudios siempre ha estado muy presente la clave de género. Por eso, no es de extrañar, que Isabel y Liamar insistan en reivindicar una igualdad que trasciende más allá de la de géneros. Al incorporar en sus estudios literarios las obras de mujeres tanto de EE UU como de la Unión Europea se les abrió todo un mundo en el análisis de feminismo y género. "Aquí fuimos un poco pioneros en eso", apunta Isabel. Su enfoque, desde el ámbito de las Humanidades, les lleva a realizar también un estudio del discurso y de la narrativa, "que es fundamental", precisan."Cuando narran los hombres hay poca variedad de modelos femeninos", coinciden maestra y discípula. Liamar añade una nueva variante: "Fue fundamental la entrada de las mujeres en la literatura para ver el mundo desde otra perspectiva aunque aún hay que seguir luchando, porque los estereotipos se transforman".

De las primeras pesquisas realizadas en estos ámbitos, sacan maestra y discípula algunas conclusiones: "La teoría de género afecta a cualquier área de conocimiento". Sus experiencias en el mundo anglófono les permitieron ver "que el mundo no acababa en la Unión Europea ni en Estados Unidos" pese a que en este momento "hay miedo a lo no europeo, pero eso no influye en investigación".

Liamar e Isabel reconocen que dentro de su ámbito de investigación, el hecho de explorar diferentes culturas "nos permite sumar otro bagaje". Y esa confluencia de culturas "hace una literatura muy rica" y a la vez "te hace cuestionarte tus verdades".

De vuelta a la Universidad y al análisis de lo encorsetada que resulta a veces su realidad académica Isabel lamenta que en este momento "se hace muy difícil salir fuera y volver". A Liamar le ofrecieron una plaza fija cuando se fue a Estados Unidos pero el prestigio de los estudios de doctorado sobre Mujer que la atrajo hacia la Universidad de Oviedo en 1998. "Le gustaba el grupo y el trabajo colectivo que realizábamos", explica la maestra. "Para mí era como un sueño volver a formar parte de él", apunta la discípula. "Y eso que en EE UU habría tenido oportunidad de establecerse mucho antes que aquí", dice la catedrática quien insiste en que su principal fuerza es "como grupo; tenemos siete becarias de investigación, estamos un momento excepcional".

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